lunes, 31 de diciembre de 2012

Día +199: Año nuevo, vida nueva



Hay que ver la de cosas que me han pasado este 2012. Para ser original, hace un rato estaba pensando en cómo estaba hace exactamente un año, y todo lo que me ha pasado desde entonces. 

Desde luego... ¡Ha sido un año apasionante! No el mejor de mi vida, está claro, pero... con la que está cayendo, me doy con un canto en los dientes. Además, no puedo hacer mucho para cambiar toda la situación económica española, pero... ¡Nadie podrá decir que no he hecho nada para cambiar mi propia situación!

Hace un año pesaba casi 30 kilos más que ahora. No podía subir dos tramos de escalera sin resollar como una loca. Necesitaba conectarme a un aparato para dormir decentemente por las noches. Comía como un animal de granja y mi tensión arterial andaba por las nubes. 

Y ahora... Sé que suena a tópico, pero... ¡Soy una persona diferente! Soy más activa, estoy más animada, tengo más ganas de hacer cosas. ¿Conocéis el tópico del gordito afable que adelgaza y se le agria el carácter? ¡Chorradas! Por lo menos eso me dicen, que hasta el humor me ha cambiado. Para bien. 

Si en 6 meses he podido lograr todo esto... ¿Qué no puedo lograr en el año que mañana comienza?

sábado, 22 de diciembre de 2012

Día +190: Llegó el coco

Mi madre, en paz descanse, decía que en España, la Navidad empieza el 22 de diciembre. Supongo que era porque se gastaba la de Dios en lotería de Navidad. Pero me quedó grabado, supongo, porque en casa el espíritu navideño siempre entraba a estas alturas.

Ay, las Navidades, la pesadilla de cualquier ser humano a dieta. La verdad es que este año les tengo un poco más de temor que de costumbre, pero como llevo haciendo ya seis meses, creo que organizándome lo puedo conseguir. Veamos.

Por Nochebuena, este año toca cenar en casa de mi hermana. Ahí, en teoría, no influyo sobre el menú y se lo dejo a mi cuñado, que es el que va a cocinar. En teoría, porque el pobre está preocupadísimo porque quiere hacer algo que me siente bien y no me haga picadillo el estómago. Ya le he explicado que puedo comer prácticamente de todo, que lo más que va a pasar es que me dejaré comida en el plato, pero aún así va con tiento. Aún no sé si comeremos lechona o caldereta de marisco. Cualquiera de las dos opciones me va bien, pero debo ir con la idea de no pasarme con las raciones. Se ha de comer lo que se puede, y punto.

Los que vayáis a cenar en familia, supongo que tendréis un problema similar. Las claves para triunfar en estas cenas son dos: La primera y más importante, saber hasta dónde puedes llegar, y ser firme para no pasar de ahí. Y la segunda, concienciar a tus compañeros de mesa. Una abuela que te meta la comida en la boca al ritmo de "Venga hija, si no has comido nada, te vas a quedar en los huesos" puede ser tu peor enemigo. ¡A no ser que convenzas a la abuela de que de eso mismo se trata, de quedarse en los huesos!

Para Navidad y San Esteban (el 26 de diciembre, en Mallorca es festivo) mi menú es muy tradicional: Sopa rellena de Navidad para el día 25, canelones para el 26. Aquí, de nuevo, me repito: moderación. Si sólo puedes tomarte una tacita de sopa o dos canelones, paciencia. Tienes toda la vida para disfrutar de esas comidas.

Para Nochevieja, el menú también es tradicional, pero en otro aspecto. Cuando era cría, un año mi padre se hartó de que mi madre se pasara estas fechas en la cocina e impuso una cena de pan y cosas. Pero eh, que es Navidad: Las cosas son salmón ahumado, caviar, jamón ibérico... esas cosas que no comes el resto del año por prohibitivas. Y como de la cena de Nochevieja me encargo yo, eso es lo que voy a hacer. Si os soy sincera, es la cena que me da más aprensión, porque me es mucho más fácil comer muchas cosas pequeñas que una grande, supongo que porque no controlo el volumen que ya me he comido. Pero sé que puedo hacerlo. ¡Aunque sea por la tacañería de no querer vomitar cosas tan caras!

En mi familia aún no hay niños pequeños, así que el día de Reyes será un día normal. A lo mejor cae un roscón, pero sólo me comeré un cachito. ¡A lo mejor tengo suerte y me cae la figura!

Bueno, esos son mis planes. Si lo consigo o no, ya os lo contaré. Ah, y un consejo: Aparcad la báscula hasta el 7 de enero. Si os obsesionáis con el peso en estas fiestas os las amargaréis. Pensad que, por suerte o por desgracia, sólo es Navidad una vez al año.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Día +189: Ven al lado oscuro...

Mi chico debe estar hasta las narices de mí y mi manera de dar la tabarra con algunas cosas. Pero él sabe que lo hago por su bien.

Ayer fuimos los dos al médico de familia; yo por mi ya conocido dolor en la cadera, él para no oírme repetirle día sí día también que ronca demasiado. Pero es que lo hace, y me preocupa. No quiero que acabe con una CPAP como yo.
A mí me han cambiado el tratamiento, me han dado una pastilla que no me pulveriza tanto el estómago y una pomada. Y de momento, maravilloso, oye. Y a él... le han mandado controles de peso, así que el día 7 de enero, que es cuando le han dado hora con la enfermera, se nos pondrá a dieta. Justo después de Navidades, que esta época es muy mala para estar a régimen.

A ver, él pesa un poco más que yo. No mucho más, pero un poco más. Y no le vendrá mal bajar un poco de peso. De hecho, desde que yo me operé él también ha adelgazado. Pero si alguien puede ayudarnos a bajar un poquito más, fantástico.

Así que nada, dentro de un par de semanas, estaremos los dos en el lado oscuro de la dieta, el de las ensaladitas, las verduras y los hervidos. ¡A ver si lo logramos los dos!

PS: Esta entrada va por ti, cariño, para que me perdones lo talibán que me voy a poner con la dieta. Ai lof yu!!

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Día +187: Dos cifras

Peso de hoy: 99,700 Kg. ¡¡¡Lo conseguí!!!! Y justo a tiempo, antes de Navidad, como yo quería. ¡Yeah!

Revisión con la enfermera del endocrino. Visto lo visto, es ya pura rutina; tanto, que me ha citado ya para dentro de tres meses. Según ella, todo está yendo genial.

Una cosa curiosa; yo no había tenido la sensación de haber perdido tanto peso estos días; lo que más me notaba es el volumen. Los pantalones que no se me caían antes se me están cayendo ahora; ¡menos mal que vienen las rebajas, porque empiezo a necesitar ropa a la de ya! Se lo comenté a la enfermera y me dijo que, si bajo de volumen pero no de peso, debe ser porque el ejercicio está haciendo que desarrolle músculo; el músculo pesa, pero ocupa mucho menos que la grasa, porque es más denso.

Es bueno saberlo: ¡Ahora me apetece aún más darme esos paseos kilométricos! Aunque tengo una molestia en la cadera izquierda que me hace la puñeta cuando llevo un rato caminando y me obliga a parar. ¿Os acordáis de la tendinitis de los isquitibiales? Pues aún la arrastro. Mañana tengo hora con el médico de familia, a ver qué me dice.

Os dejo, me voy a tomar un batido, que esto hay que celebrarlo. Eso sí, con leche desnatada.

PS: Mirona, me interesé por tu caso y lo comenté con mi cirujano (Ventajas de currar con él). Dice que hay protocolos de revisión al mes, a los tres y a los seis meses, y están estandarizados. Si no los has seguido, puede que sea un fallo de programación de las consultas. Me ha recomendado que vayas a tu médico de familia, si no lo has hecho ya, y des un poco la tabarra, porque alguien tiene que seguirte.
Espero que no te haya importado; ¡Sólo lo he hecho porque quiero que tu experiencia sea tan buena como la mía!

lunes, 10 de diciembre de 2012

Día +178: ¡Atchús!

Ya sabía yo que estaba tardando en caer. Pero por fin llegó el primer resfriado del invierno. ¡Llevo encima un trancazo más grande que yo!

Y claro, el primer problema surge: ¿Qué me tomo? Como ya he dicho, soy alérgica al paracetamol., lo cual me veta el 90% de los antigripales del mercado. Y el otro 10% es efervescente, lo cual no es lo más adecuado para un postoperatorio como el mío. 

Así que he vuelto a echar mano de www.remediospopulares.com y he echado un vistazo. Aquí os dejo lo que he visto. 


Remedio para el resfriado #1: Hacer infusión de una cucharadita de hojas de laurel, una de canela y una de salvia en una taza de agua herviendo.
Remedio para el resfriado #2: Mezclar una cucharada de rábano picante con bastante miel para la congestión de pecho.
Remedio para el resfriado #3: Revolver dos cucharadas de miel y dos de vinagre de sidra de manzana en un vaso de agua caliente o fría y beber tres vasos durante el día.
Remedio para el resfriado #4: Calentar, aunque sin llegar a hervir, una taza de leche, donde se debe vertir una cucharada de mantequilla y pimienta negra molida.  En lugar de mantequilla y pimienta puede utilizar 1/2 cucharadita de canela o jengibre molido, más miel a gusto.
Remedio para el resfriado #5: Aplicar en las fosas nasales gotas de solución salina (1/4 cucharadita de sal en 1/2 taza de agua tibia).
Remedio para el resfriado #6: Preparar un emplasto de mostaza para la congestión del pecho causada por el resfriado o la gripe.  Para ello, forme una pasta con partes iguales de mostaza seca y harina mezcladas con agua tibia.  Antes de aplicarse el emplasto, debe cubrir el pecho con aceite de oliva..
Remedio para el resfriado #7: Inhalar vapor de agua durante 10 minutos dos veces al día.  Para ello, debe cubrir la cabeza con una toalla y, con los ojos cerrados, inhalar los vapores que salen de un recipiente con agua hirviendo. Para mejorar el efecto, inhalar el vapor de infusiones de eucalipto o enebro
Remedio para el resfriado #8: Mantener un diente de ajo entre los dientes y el interior de la mejilla, ligeramente mordido, pero sin masticarlo ni tragarlo ayuda a combatir el resfriado y la congetión nasal..
Remedio para el resfriado #9: Para lograr la sudación, existe un remedio popular de la abuela que consiste en usar pequeños vasos de cristal muy gruesos llamados “bankas"  que se calientan quemando en su interior un papel o un algodón. Luego, se aplican éstos a la espalda del enfermo   Una vez se enfrían, se  forma un vacío que, según dice la tradición, es señal que la infección ha sido sacada del cuerpo.
Renedio para el resfriado #10: Un remedio de acupuntura china que resulta curioso para curar resfriados consiste en calentar una aguja sobre una llama durante un momento para desinfectarla y seguidamente pinchar con ella, sin hacer sangrar, el punto medio entre el pulgar y el índice el cual debe ser desinfectado posteriormente con alcohol.
Renedio para el resfriado #11: En una región de Rusia es popular dejar una cebolla cruda partida sobre la mesita de noche para la recuperación del resfriado o gripe.
Remedio para el resfriado #12: Es muy recomendable, también, la elaboración del jarabe de cebolla Para ello,  se necesita una cebolla  grande,  2 vasos de vino blanco  y 150 g de miel. Se prepara en un recipiente de barro, donde se echa una cebolla grande, ya pelada y troceada y se añade dos vasos de buen vino blanco. Se deja macerar 24 horas. Pasado ese tiempo, se cuela, y se añade la miel, que así se disolverá fácilmente. Una vez bien mezclado, se guarda en un tarro de cristal.  Se toma medio vasito, cuatro veces al día: en ayunas, a media mañana, a media tarde y antes de acostarse. Seguir el tratamiento durante aproximadamente una semana.
Remedio para el resfriado #13: Elaborar una sopa caliente de pollo con cebollas.  Si desea, puede añadir  un chile o una salsa picante.  Tomar la sopa cuando esté caliente lo que ayudará a descongestionar las vías respiratorias.
Remedio para el resfriado #14: Poner agua a hervir y luego agregar manzanilla. Luego con un cuentagotas,  se aplica en la punta de las fosas nasales
Remedio para el resfriado #15: Elaborar un jugo con dos naranjas, un limón, una guayaba, una cucharada de miel y una taza de agua.  Para ello, se debe extraer el jugo de las naranjas y el limón por separado y luego se mezcla y licua con el resto de los ingredientes.  Se toma inmediatamente después de preparado para poder aprovechar al máximo la vitamina C. 
Remedio para el resfriado #16: Preparar un té con una cáscara de limón y una cucharada de miel en una taza de agua.  Se hierve por 10 minutos y se deja refrescar.  Se toma tres veces al día.

Remedio para el resfriado #17: Preparar un jugo curativo rico en vitamina C y de can poder antibacterial con los siguientes ingredientes:20 ml de jugo de ajo, una taza de jugo de naranja y una rebanada de pña picada y sin cáscara.  Para ello, se debe batir todos los ingredientes en una licuadora por 3 minutos y se debe beber de inmediato.   
Remedio para el resfriado #18:Realizar masajes diarios en la planta de los pies con 15 gotas de aceite esencial del árbol del té, ya que alivian los dolores clásicos que se producen en el cuerpo cuando se padece un estado gripal. (Remedio proveniente de la aromaterapia)
Remedio para el resfriado #19:Utilizar una cucharadita de bayas de saúco ralladas por taza, dejar reposar en agua hirviendo durante doce minutos.  Tres tazas al día.
Remedio para el resfriado #20:  Elaborar una infusión de 60 g de violetas por litro de agua.  Después de dejarla en reposo 10 minutos, agregar 4 cucharadas de azúcar y revolver hasta que se disuelva bien.  Colar una vez frío.
Remedio para el resfriado #21: Triturar un trozo de piel de pomelo y verter, junto a una pizca de menta y 2 hojas frescas de salvia, en una taza de agua hirviendo.   Dejar reposar 10 minutos, colar, endulzar con miel y tomar 2 tazas al día.
Remedio para el resfriado #22: Echar en una taza de agua hirviendo una cucharadita de raíz de menta y malvavisco, tapar y  dejar reposar 15 minutos antes de colarla.  Tomar una taza dos veces al día.
Remedio para el resfriado #23: Hervir, durante 5 minutos, un puñado de hojas de apio en un vaso de leche. Beber dos veces al día esta preparación.
Remedio para el resfriado #24: Tomar dos cucharaditas al día de aceite de tiburón.
Remedio para el resfriado #25: Lavar, pelar y partir en pedazos dos manzanas.  Verterlas un cazo con agua que las cubra.  Hervir a fuego lento durante 1 hora y después colar. Tomar esta preparación aún tibia.
Remedio para el resfriado #26: Verter 1 cucharada de perifollo en una taza de agua que esté hirviendo.  Tapar y dejar refrescar.  Tomar una taza tres veces al día.
Remedio para el resfriado #27: Hervir un litro de agua y cuando éste a punto de ebullición, añadir 10 gramos de hojas y tallos de albahaca.  Retirar del fuego, tapar, dejar refrescar y colar. Tomar una taza una vez al día.  Se puede agregar, opcionalmente, un poco de miel.  
Remedio para el resfriado #28: Hervir, durante 10 minutos, medio litro de agua que contenga 7 hojas de col o 3 tallos de puerros. Pasado ese tiempo, dejar refrescar y tomar a lo largo del día. Este remedio combate los catarros más resistentes.

De momento voy a prepararme un número 16. A ver qué tal va. 


sábado, 8 de diciembre de 2012

Día +176: Promocionando.

Trabajando donde trabajo, lo normal es que encuentre a más de una persona que se somete a una cirugía bariátrica. De hecho, hacemos como mínimo una de estas cirugías por semana. Generalmente trato con estos pacientes un par de horas y luego les pierdo la pista. Pero esta semana no. He estado toda la semana asignada a la unidad del dolor agudo y, durante una parte del turno, iba por el hospital a valorar a los pacientes que tenían bombas de analgésicos. Y como en casi todos los casos, a las cirugías bariátricas se les ponen infusiones de morfina, he podido seguirlas.

El lunes se le hizo un sleeve a una paciente, y yo llevé su postoperatorio. Y durante el resto de la semana, hasta ayer que se le dio de alta, fui a verla cada día. Claro, acabó surgiendo el tema de que yo había pasado por ello, no es ningún secreto. Y como es normal, acabamos hablando de lo que estaba experimentando y lo que iba a experimentar. Terminé pasándole la dirección de este humilde blog, así que no me extrañaría que acabase leyendo esta entrada. Espero que no te importe. Y si tienes alguna duda, sugerencia o crítica, ya sabes dónde estoy.

Sé de buena tinta que hay personas que leen esto mientras esperan su propia intervención, y otras que se han operado más tarde que yo y que también lo leen para hacerse una idea de qué les espera. Y aunque a todos les advierto que cada intervención tiene una historia diferente y que ésta es simplemente mi historia, me alegro de poder ayudar a alguien a encarar de la mejor forma posible su propia experiencia. Al fin y al cabo, ésa es la idea de este espacio.

PS: Esta entrada es para Rosa (No se llama así, pero ella sabe quién es), que está afrontando una nueva etapa en su vida, y para Mari Carmen (Tampoco se llama así, pero también se va a dar por aludida), que está a punto de vivir su propia vida tras una manga gástrica. ¡¡Ánimo a las dos!!

jueves, 6 de diciembre de 2012

Día +174: duérmete niña

Anoche me quedé a dormir en el hospital. ¿Recordáis que me habían quitado la CPAP? Pues me han hecho una polisomnografía (Una prueba del sueño, hablando en castellano viejo) para saber si sigo necesitándola o me dejan ya en paz con la maquinita.

Ya es difícil dormir en una cama que no es la tuya, imaginad si además de eso os tienen que poner dos sensores en la nariz, un micro en la boca, un pulsioxímetro en un dedo y dos correas alrededor del pecho y el estómago. No podía levantarme de la cama ni para hacer pis. ¡Menos mal que desde que me operaron, bebo poco y orino poco!

Pero bueno, no hay mejor amigo del sueño que el cansancio, y yo anoche estaba derrengada. Después de una mañana de trabajo duro, paseo de hora y pico con el perro, etc etc, a las diez de la noche ya no podía dejar de bostezar. Y reconozco que he dormido bastante mejor de lo que esperaba. En cualquier caso, mejor que en la primera prueba, en la que los sensores se me clavaban constantemente.

Ya me darán el resultado, y ya os lo contaré. ¡Cruzaré los dedos!

domingo, 25 de noviembre de 2012

Día +163: Un día cualquiera.

Algun@s de vosotr@s me habéis preguntado qué quiero decir exactamente cuando digo que hago vida normal, y si veo alguna diferencia con mi vida de antes. Así que os voy a contar cómo es un día normal, como yo lo entiendo.

Antes de nada, no tengo una rutina de trabajo como tendréis muchos de vosotros (los afortunados, pero ésa es otra historia) porque trabajo por turnos. Así que os comento, por ejemplo, un día en el que tengo turno de mañana. ¿Ok?

Me levanto a las 6,45 de la mañana. Salgo de casa a las 7,20, más o menos. Antes desayunaba un café con leche en el hospital, así que me iba de casa en ayunas. Ahora no. Con la excusa de que tengo que tomarme la medicación, me levanto un poquitín más pronto y así me da tiempo a prepararme mi café o mi leche y un par de tostadas. Hoy, por ejemplo, con jamón cocido, porque se me ha acabado el queso.

Empiezo mi turno a las 8 de la mañana y acabo a las 3 de la tarde. una de las principales diferencias la noto aquí. Ya he bajado casi dos tallas en mi uniforme, y el "casi" es porque me gusta trabajar con ropa amplia. Además, al final del turno casi siempre me dolían las piernas una barbaridad, porque estoy mucho tiempo de pie. Ahora ni me acuerdo de ellas.

Procuro hacer dos descansos durante el turno, cuando buenamente puedo, para tomarme una fruta o un par de galletas, lo que tenga más a mano. Para no estar muchas horas sin comer y llegar a la hora de la comida con un hambre de lobo, que entonces es cuando me paso y la lío.

Salgo a las 3 y llego a casa. Antes, llegaba a mi segundo piso sin ascensor resollando como una locomotora; ahora los subo casi a la carrera. ¡De momento, todo ventajas!

Como mi chico está en casa, él es quien hace la comida, así que ha tenido que concienciarse de qué puedo comer y qué no. Aún sigue haciéndome cosas un poco calóricas, pero en general se ha adaptado bastante a la nueva situación. Incluso ya no me sirve los vasazos de agua que me servía antes. ¡Todo es aprender!

A media tarde merendamos un poco y luego damos nuestro paseo diario, aprovechando que sacamos a pasear al perro. Estamos fuera al menos 30-45 minutos. Lo solemos llevar a un parque canino que hay a unos 500 metros de casa, pero incluso ahí vamos paseando, mientras vigilamos que el animal trisque y juegue a gusto. Además, después  aprovechamos para comprar, ir de escaparates, hacer recados... lo que haga falta. Reconozco que a veces me hago un poco la remolona, pero ahí está mi chico sacándome de casa a rastras. Él no lo creerá por lo mucho que protesto,pero se lo agradezco mucho.

Volvemos a casa más o menos a las 6-7 de la tarde, y aprovechamos para poner la casa en condiciones antes de la cena; ya sabéis, recoger, barrer, fregar  platos, etc. Salvo que mi chico haya tenido tiempo de hacerlo por la mañana, entonces aprovechamos para descansar y relajarnos. ¡Que también toca!

Cenamos pronto, a las 8 ò 9 de la noche como mucho, para que me dé tiempo a hacer la digestión antes de acostarme. Procuro cenar lo más ligero posible; anoche,por ejemplo, tocó un revuelto de setas, pero sin ajo y perejil como me gusta a mí, para no hacer la digestión pesada. Y luego, más tranquilidad: tele, libro... algo tranquilo, para no irse a la cama excitados.

A las 11 de la noche o así, un resopón (vaso de leche, yogur... según lo que tenga en casa) y a la cama, que al día siguiente hay que madrugar. Y vuelta a empezar.

Ése es mi día normal. Sólo que ahora me canso mucho menos y me muevo mucho más. ¡Y lo que me queda!

jueves, 22 de noviembre de 2012

Día +160: bodas de plata



Hoy, nueva revisión con la enfermera del endocrino.

Peso 103 Kg. justos; 25 menos que cuando todo esto empezó. ¡qué número más redondito! Mi objetivo ahora es bajar de los 100 antes de Navidad; ¡Sé que puedo conseguirlo!

 Mi índice de masa corporal está en 33, 11 puntos menos que al principio. Y en este último mes, he bajado nada más y nada menos que 9 centímetros de cintura. ¡Toma ya! Ya decía yo que los pantalones se me estaban empezando a caer a lo bestia... Dentro de nada, tocará ir a comprarse ropa. ¡Yuju!

Lo único que me preocupa es que mi tensión arterial vuelve a estar un poco alta. Tendré que ir al médico de familia, por si acaso. Lástima, de momento no puedo dejar la medicación. Paciencia.

como he tenido la consulta a las 12 de la mañana en el mismo hospital en el que trabajo y hoy empezaba mi turno a las 2, he decidido quedarme por allí, arreglar papeleos y comer en el hospital.
¿Sabéis todos los tópicos de la comida de los hospitales? En la cafetería del mío, son todos ciertos. La comida es mala no, lo siguiente, y la poca sal que lleva está ahí por error, fijo. ¡Cosa más mala! Lo único que tiene bueno es que las raciones son bastante abundantes. Eso es bueno si no te has reducido el estómago, claro. En el plato de panga a la plancha con menestra que me han servido habría podido esconderme entera. ¡Qué fatiga sólo de verlo!Obviamente, no me he comido ni la mitad...

En fin, la panga no me ha sentado bien, pero creo que es porque me la he comido a desgana. Antes ya me pasaba, ahora no veo por qué tiene que ser diferente. De todas formas, esta noche me han vuelto a invitar a cenar, esta vez a un  japonés que conozco desde hace mucho, y tengo otras expectativas.

 Como véis, ya me atrevo a comer fuera sin problemas. ¡Hay que perder el miedo; si conoces tus propios límites, todo va a ir bien!


sábado, 17 de noviembre de 2012

Día +155: Suave y calentito



Bueno, el estómago me ha dado hoy una tregua. sigo con el antiinflamatorio, pero con mucho tiento. Por si acaso.

Cuando me entran las molestias, mi mayor aliado son las infusiones. Entre otras cosas, porque el café y el té los tengo desaconsejados, porque la teína y la cafeína son irritantes estomacales. Y aunque existan los descafeinados o desteinados, nunca lo son del todo, aunque sea poco siempre tienen algo. Lástima, sigo echando de menos el café cargado de las mañanas. Pero reconozco que mi medio vaso de leche o de zumo de naranja de ahora es más sano.

Me he hecho adicta a una tetería que lleva en el centro de Palma más años que la Catedral, pero que sigue siendo una pasada. Ahora me he viciado a la que la dueña llama "infusión del buen humor": tiene propiedades digestivas y ligeramente sedantes, y no es para nada amarga. No me preguntéis qué lleva, porque no me acuerdo; sé que lleva salvia y melisa, pero no recuerdo nada más. ¡Os aseguro que lo del buen humor funciona, sobre todo cuando ves que se te pasa el dolor de vientre!

Por si a alguien le interesa, la tetería es Ésta . Eso sí, recomiendo no ir con prisas; primero, porque vale la pena ver el género con calma, porque hay cosas chulísimas. Y segundo,porque la dueña, que es un encanto, se vuelca contigo en cada pedido y acabas probando media tienda, jajajaja.

Y ahora, con vuestro permiso, vuelvo a mi infusión con miel. A veces, reconozco que cuidarse es una gozada.




jueves, 15 de noviembre de 2012

Día +153: En la misma boca del estómago

Antes de empezar, habréis visto que he cambiado el nombre de cabecera del blog. Unas compis me lo sugirieron así, a ver si con ese nombre consigo atraer a más gente a que lea mis tonterías. ¡No pierdo nada intentándolo!

Me estoy empezando a dar cuenta de que, a partir de ahora, el dolor va a ser un problema. Si recordáis el post del dolor de cabeza, allí os dije que soy alérgica al paracetamol. Así que, lo que mejor me vendría ahora para los dolores tontos del día a día, descartado. ¡Paciencia!

Llevo varios días con un dolorcillo tonto en la cadera izquierda. Nada invalidante, la verdad sea dicha. Pero incordia bastante, sobre todo al acostarme, porque duermo echada sobre ese lado. Además, como a veces me hace cojear un poco, acabo con toda la pierna dolorida. Vamos, un rollo.

Como me había caducado la prescripción de algunos medicamentos, esta mañana aproveché y fui a mi médico de familia para que le echase un vistazo. Y además así conocería a mi nuevo médico; en la última visita que tuve, el día que me dieron el alta, la doctora estuvo algo desagradable conmigo, casi insinuando que cuando me torcí el tobillo lo hice a propósito para seguir de baja. Y como me parecía que no le caía del todo bien, decidí pedir el cambio de médico. ¿Para qué hacernos pasar un mal rato a las dos?

Mi nueva doctora de familia es un cielo. Me ha diagnosticado una tendinitis de los isquiotibiales (¡toma ya!) y me ha prescrito un antiinflamatorio. Viendo mi caso, me ha recetado uno muy suave, que además ya había tomado sin problemas.

Uf, qué tardecita. Sólo llevo uno, el de después de comer. Y me siento como si me hubiesen metido una patada en el estómago con una bota de clavos. Si el de la cena me sienta igual de bien, no sé cómo voy a pasar la noche.

En fin. Voy a tomarme una infusión, a ver si se me pasa. Mañana os cuento.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Día +152: Sin bajar la guardia



Llevaba tieeeeeempo sin tener un mal día. Mal día relacionado con la comida, se entiende.

Hace un par de días, mi chico y yo teníamos algo que celebrar, así que salimos a cenar fuera. Nos decantamos por una hamburguesería que recomiendo a todo el mundo... que no se haya operado todavía. Las hamburguesas están que te mueres, pero son bastante grandes.

Fui con un poco de aprensión, pero mi chico estaba muy ilusionado por probar el lugar y yo llevaba un tiempo estupendamente, así que decidimos arriesgarnos. Para no tener problemas, me pedí la hamburguesa más ligera que tenían en la cartas, una de pescado. Sin pan, por supuesto, sólo la hamburguesa al plato. Guarnición: no gracias, nada de verduras ni cosas con fibra que me llenarían más, ni patatas fritas que engordan. Hamburguesa monda y lironda. Y lo que veis arriba fue lo que me sirvieron (Como os digo, la guarnición apenas la caté, pero me la sirvieron igualmente).

Reconozco que disfruté como una enana. La hamburguesa estaba de toma pan y moja. Y el hamburguesón de ternera de Kobe con todo que se zampó mi chico... ni os cuento.

Pero al salir del local... Ay, al salir del local. Mi manera de saber que mi estómago ha dicho basta es darme cuenta de que estoy moqueando como una loca. Y nada más salir ya tuve que echar mano al kleenex. Mal rollito, pensé. Y efectivamente, acabé echando hasta la primera papilla antes incluso de llegar al coche. Desde aquí pido disculpas al pobre barrendero que haya tenido que recoger la papelera a la que me tuve que abrazar.

Mi gozo en un pozo. Para que veáis que no se puede bajar la guardia, aunque creáis que lo tenéis todo controlado. Esto es como la diabetes, como el tabaquismo, como cualquier problema crónico. Te deja hacer vida normal, pero siempre debes ir con tiento. Que quien algo quiere, algo le cuesta.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Día +145: Aire puro



Habréis notado que cada vez actualizo el blog con menos frecuencia. No es por dejadez, es sólo que, al hacer vida normal, no me masa casi nada relevante. La idea es que al final, lo actualice muy de vez en cuando, sólo cuando ocurra algo significativo. Como hoy.

Llevo ya más de un mes en que apenas tolero la CPAP, la máquina que impide que deje de respirar por las noches. La presión del aire es demasiado alta y no me deja soltar el aire. Imaginad que tuvieseis que dormir enchufados a un ventilador a toda potencia... pues así me sentía yo. Al cabo de un rato de intentar dormir sin conseguirlo, me la tenía que quitar.

Hoy he ido al neumólogo a contarle todo eso. Viendo que ya ronco bastante menos (O eso dice mi chico), que me despierto bastante más despejada por la mañana (bueno, hoy no, pero es porque últimamente mi perro ha decidido que las noches son para jugar, no para dormir) y que ya he perdido 24 kilitos, y los que me quedan (Por cierto, peso de hoy: 104,200 Kg), ha decidido retirarme la máquina.

¡¡Yuju!! Entiendo que era por mi bien, y al principio reconozco que se notaba la diferencia cuando la llevaba. Pero siempre he detestado ese maldito cacharro; hasta que te acostumbras, es bastante incómodo. Y últimamente, era más un incordio que otra cosa.

Lo que me ha hecho más ilusión es lo que me ha dicho el neumólogo al salir. Se ve que han hecho un estudio conjunto sobre pacientes obesos que acaban necesitando CPAP. Por lo visto, el porcentaje de personas a los que se les consigue retirar el aparato es muy escaso. Yo estoy en esa minoría. Y la verdad, qué bien sienta oírlo.

sábado, 27 de octubre de 2012

Día +134: De piropos y sushis

Las cosas como son, nunca he sido la alegría de la huerta. Carácter castellano, supongo. Y esta semana, al ser especialmente dura para mí, me ha agriado un poquillo el carácter. Pero bueno, ya estamos a sábado, mañana descanso del curro ( y duermo una hora más, que también se agradece) y espero animarme un poco.

En medio de esta porquería de semana, me ha tocado visita al psiquiatra. Os acordáis de él, el de la cara que asusta, ¿verdad? Bueno, ha engordado un poquito y ya no tiene tanta cara de matón, pero da igual, porque sigue siendo majísimo.

Sí que puede decirse que fue visita de médico, creo que no estuve más de cinco minutos en la consulta. Lo bastante para ver que todo estaba yendo bien y mandarme un poco más de tratamiento. Yo tampoco me resistí mucho a seguir con la pastillita, la verdad. Y supongo que eso le escamó. Bueno, eso y verme con la cara hasta los pies.

Se debió quedar un poco preocupado, pobre, porque no paró de animarme diciéndome lo bien que lo estaba llevando y lo genial que iba a quedar, y... en fin, esas cosas. Intenté decirle que estaba alicaída simplemente porque había tenido un día de mierda en el trabajo, pero estaba tan concentrado en alabar mi adelgazamiento (por cierto, estoy en 106 Kilos) que le dejé hacer.

Eh, soy una chica. Me gusta que me piropeen.

La verdad, sí que he debido asustar un poco a todo el mundo, porque mi chico se lanzó a la piscina y me invitó a un restaurante japonés que me pirra. Digo que se lanzó porque el muchacho lleva tiempo en el paro y no estamos para tirar el dinero, así que se lo agradecí enormemente. Y, después de cuatro meses, comer sushi... ¡¡Ñam!! Me sentó un poco pesado, pero creo que fue porque comí siete piezas. ¡Pero por lo demás, de maravilla!

Pensándolo bien, no ha sido una semana tan mala, después de todo. Habrá que quedarse con lo bueno.


lunes, 22 de octubre de 2012

Día +129: De cuchara

Pido disculpas por haber tardado tanto en actualizar, esta última semana ha sido un poco caótica en mi casa.  De momento os dejo unas cuantas recetas ligeritas de platos de cuchara, ahora que llegan el frío y la lluvia y empieza a apetecer.

6 sopas ligeras
Sopa china de fideos
Crema de puerros

domingo, 14 de octubre de 2012

Día +121: De por qué soy tan afortunada.

Aunque no tengo nada médicamente relevante que contar (aparte de que hoy se cumple el cuarto mes), he pensado en aprovechar esta lluviosa tarde de domingo para reflexionar. Y ya que reflexiono, lo comparto con los que me leéis.

Antes de que sigáis, os advierto. Lo que sigue lo escribo como paciente, sí, pero también como enfermera. Al fin y al cabo, mi profesión es algo que uno acaba interiorizando, y la acabas llevando bajo la piel.

Casi todos los que os pasáis por aquí sois españoles y sanitarios, así que no os voy a contar cómo está el percal con tanto recorte. Y dicen que vienen más tijeretazos. Que no nos pase nada.

Nunca he sido partidaria de la sanidad privada. Supongo que es porque he trabajado en un par de clínicas privadas y sé cómo se gestionan allí las cosas. Aún recuerdo como en mis primeros tiempos tenía que lavar y reesterilizar las gasas. Y no hace tanto de eso, fue en 1999. Encantador, ¿verdad?

Lo triste es ver cómo la gestión de los centros públicos se está cortando con el mismo patrón. Ahora el único objetivo de todo es recortar gastos: se reduce plantilla, se trae material de peor calidad y se reduce el tiempo de ingreso hospitalario mientras la lista de espera llega a límites alarmantes. Parece que la atención a los pacientes (Pacientes que, en una amplísima mayoría, han pagado sus impuestos y tienen garantizado por la Constitución el derecho a la atención médica) ha pasado a ser lo menos importante.

Pero no. Los profesionales se han hecho cargo, nos hemos hecho cargo, de que los pacientes no tengan que notar lo mucho que se nos están apretando las tuercas. Tuve la oportunidad de comprobarlo en el exquisito trato de todo el equipo de enfermeras, que nunca me pusieron una mala cara (y es fácil ponerla cuando no encuentras una vía venosa en condiciones, o cuando te llaman por quinta vez a las cuatro de la mañana porque tu paciente no deja de vomitar); de los médicos, que me mimaron hasta lo indecible; hasta el personal de limpieza tiene siempre una sonrisa y una palabra amable. Aunque lleven tres meses sin cobrar sus sueldos.

Intento hacer lo mismo todos los días. Los pacientes que pasan por mis manos no están aquí por gusto. Ya tienen suficiente con lo que tienen, su temor, su incertidumbre ante lo que está por venir. No tengo por qué añadirles más ansiedad demostrándoles lo quemada que puedo llegar a estar.

Por eso pienso que soy afortunada. Porque, pese a todo y a todos, siguen, seguimos, haciendo nuestro trabajo lo mejor posible, para que a otros pacientes como yo la experiencia sea lo más traumática posible. Y muchas veces lo logramos. Cueste lo que cueste.


jueves, 11 de octubre de 2012

Día +118: De mírame y no me toques.

Al volver a trabajar, uno de mis grandes miedos era tener un día de náuseas y vómitos estando de guardia en el trabajo. Que es exactamente lo que me ha ocurrido esta mañana.

Me he levantado malísima. No sé ni por qué, pero apenas me he atrevido a desayunar. Y cuando he llegado al hospital, estaba medio descompuesta. La inmensa suerte que he tenido es que hoy he compartido turno con compañeros majísimos que me han dado un poco de margen a la hora de trabajar. Al menos hasta las diez, cuando, un protector de estómago y una infusión más tarde, el estómago ha empezado a darme tregua. Ahora son las once y ya me encuentro bien, por suerte. Será cosa de devolverles el favor. 

Imagino lo que pasa cuando no trabajas, como yo, en el medio sanitario. Tener un día malo en una oficina con compañeros competitivos y jefes tocanarices debe ser de lo peor que hay. Es cuestión de conocerse un poco, supongo, y echar mano de los remedios de que se dispone para mejorar lo antes posible. 

Os dejo por el momento que se nos acaba el descanso y he de volver al tajo. Hay que recuperar el tiempo perdido. 

martes, 9 de octubre de 2012

Día +116: Obsesionada con no obsesionarme

En esta última semana, ni me he acercado a la báscula. No creo que merezca la pena pesarse todos los días. Además se suele variar de peso a lo largo del día, con lo cual si se te ocurre pesarte dos veces en un día, acabas como una regadera.

Casi todos los domingos hay ferias en los pueblos de Mallorca. Como en todas partes, supongo. Y este domingo pasado, además, había una feria en Esporles dedicada casi por completo a la repostería. Feria dulce se llama, y con razón. No había ido nunca, entre otras cosas porque si quieres aparcar en el pueblo tienes que madrugar un montón, pero este año mi hermana y yo nos pusimos de acuerdo y nos decidimos a ir.

La verdad, yo iba con un poco de miedo. Los dulces siempre han sido mi perdición. ¿Y si me paso comiendo y me sienta mal? ¿Y si acabo vomitando en mitad de la plaza del pueblo? ¿Y si...?

Mira, pensé, de perdidos al río. Si empiezo a ir a los sitios con esa mentalidad, en esta sociedad en que todos los actos sociales parecen girar en torno a la comida, más vale que me meta a monja de clausura.

Y al final, maravilloso. No sólo comí un par de dulces y probé un par de pastas que nunca había comido antes, sino que mi propio cuerpo fue el que me impuso la moderación. Sólo os digo que, de los cuatro que fuimos, yo fui la única que no comió hasta llenarse del todo. Eso sí, comprar compré mucho, pero me lo guardé para dosificarlo a lo largo del día. Es que la repostería mallorquina me pierde, sobre todo la salada. Tú dame una buena empanada de carne con guisantes y me harás feliz. Aunque no me la pueda acabar entera.

Eso sí, mejor luego no te acerques a la báscula. Para no llevarte un disgusto.

martes, 2 de octubre de 2012

Día +109: Bajando, que es gerundio

Peso de esta mañana: 107,100 Kg. Balance: -21 Kg.

Revisión con la enfermera del endocrino. Este mes he bajado 3 kilos; teniendo en cuenta que estuve más de una semana sin hacer ejercicio por la torcedura de tobillo, no me quejo.

Ya tengo permiso oficial para comer con normalidad. Oficial porque prácticamente es lo que estaba haciendo. Ya puedo tomar ensaladas, pero como no me gusta la lechuga (eso ya lo había contado, ¿verdad?) voy a seguir con mi trampó (El trampó es tomate, pimiento verde y cebolla, para los que no seáis mallorquines. Bueno, eso es lo básico; luego, como con las ensaladas, puedes meterle lo que quieras). Y la plancha va a seguir usándose con moderación. Por si acaso.

Al volver a casa, mi chico me ha comentado que ha encontrado una tienda enorme con productos extranjeros, sobre todo africanos, y que tenía curiosidad por verla por dentro, así que hemos ido a echar un vistazo. Y ha sido interesante, la verdad. En casa, el introducir legumbres en la dieta puede llegar a ser un problema, porque las que me gustan a mí no le gustan a él y viceversa. Pero claro, nuestro registro de legumbres es bastante limitado: lentejas, garbanzos, habas y poco más. En esa tienda hay legumbres de las que no sabía ni cómo se llamaban, pero qué narices, voy a informarme, a ver qué se puede hacer con ellas. Si así consigo que en casa se hagan buenos platos de legumbres, lo daré por bien empleado.

lunes, 1 de octubre de 2012

Día +108: Economía de guerra.

Ahora que tengo una tarde tranquila en el curro, aprovecho para actualizar esto un poco, antes de que esto se llene de telarañas.

Día 1. Acabo de cobrar, pero lo que me espera este mes no es moco de pavo. Ni quiero saber la de impuestos que me toca pagar esta semana. Y además el seguro del coche, y el de la casa, y... bueno, no os voy a aburrir. Pero que no me pase nada cada mes de octubre.

Así que este mes nos apretamos un poco (más) el cinturón. Pero claro, hay que comer, y la comida hay que comprarla. Y comer bien y equilibrado, aunque digan lo contrario, es caro.

Así que nada, a poner en marcha la economía de guerra. Llevo quince días acumulando cupones de descuento; al menos, de cosas que suelo comprar. Que ojo con los cupones, luego te emocionas y compras algo que ni te apetece sólo por ahorrarte un poco. Y además, la mayoría de los que salen son para cosas calóricas: Helados, postres... Pero si sabes dónde buscar, encuentras cosas interesantes.

Antes de salir, a hacerse los menús. Hay que buscar recetas baratas pero sanas y no muy calóricas. Ahora que está llegando el frío, nos vamos a hartar a guisos y hervidos. Pero con poca grasita, que esto es Mallorca, no Finlandia.

Luego, a buscar mercados. Hoy he ido sólo a un sitio, pero hay semanas en que ir a comprar parece una gincama (Se escribe así, ¿no?). La carne en un sitio, las verduras en otro... todo por ahorrar unos euros. Pero como hoy tocaba conducir, no vamos a movernos mucho. Que la gasolina anda muy cara.

Y claro, en el súper, mirando precio a precio. Y marca a marca, porque hay marcas blancas que están muy bien y otras que... uff. Por ejemplo, el queso tierno de Alcampo está bastante bien, pero al de Carrefour ni os acerquéis. Sabe a Tranchettes que echa para atrás.

Al final, no me quejo del resultado. Suelo gastar en la compra grande del mes casi cuarenta euros menos de lo que gastaba antes. A ver si hay suerte y llego a fin de mes. Ya os contaré.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Día +105: Ahora sí que sí

Hoy ya puedo decir que he vuelto a la normalidad: He vuelto al trabajo.

¡Estoy muerta! Además, ha sido una mañanita de aquí te espero. Entre que faltaba personal y que yo iba más perdida que un pulpo en un garaje, me ha costado un poco sacar adelante la cosa. Poco a poco, supongo.

Eso sí, el resto del día he estado hecha fosfatina. Aún me falta encontrar mi ritmo, supongo. Pero tiempo al tiempo.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Día +104: Puajjjo...

Vaya día que pasé ayer. Estuve con naúseas tooooodo el santo día, a partir de las 10, poco más o menos. ¿Y por qué? Porque para cocinar, quise hacerle a mi chico un poco de cordero asado, con un picadillo de aceite, ajo y perejil. Más simple imposible.

A mí siempre me ha gustado el ajo. No hasta el punto de comérmelo crudo, pero frito o asado reconozco que me priva. Y mi chico... bueno, él no hace mahonesa con ajo, hace ajo con mahonesa. Y nunca me había dado problemas. A ver, no es que tome ajo todos los días a todas horas. Y desde la intervención, lo he racionado muy pero que muy mucho. De hecho, el cordero no era para mí, yo tenía patatas y un huevo hervido para comer.

Pero ya en el horno, cuando empieza a salir ese olorcito a carne asada con ajito, que en cualquier otro momento me habría hecho la boca agua... puaj, qué horror. Hacía semanas que no me encontraba tan mal. Ya os digo, todo el santo día con náuseas. Incluso por la tarde, cuando fui a clase (¿recordáis el curso del que os hablé en la entrada anterior?) a media lección tuve que salir e ir al baño. Vamos, un desastre.

Menos mal que el día anterior me había pasado por una tetería que me encanta. No compré té, claro, y es una lástima porque también me gusta mucho. Pero me llevé un par de infusiones digestivas que fueron las que me ayudaron a terminar de pasar el día. Creo que, de no ser por ellas, aún seguiría con la vomitona.

Para que veáis. Este tipo de intervenciones es como si te cogieran el estómago y le dieran la vuelta. Cosas fuertes que hasta ahora te encantaban, te dan náuseas con sólo olerlas. Lo positivo es que así te fuerzan a comer cosas suaves Pero ésta es la parte negativa.

Por si acaso, hoy, tortilla francesa para los dos. Aunque la de él lleva atún y pimiento rojo. Tampoco tiene él la culpa.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Día +100: Ommmmmm...

Cien días, qué número más redondito, ¿verdad? Se merecía una entrada, aunque no tuviese mucho que contar.

Una de las cosas que he tenido que aprender a la fuerza es a tomarme la vida con más calma. Lo reconozco, soy una persona tremendamente nerviosa, y respondo bastante mal ante el estrés. No es una buena combinación. Y dos semanas antes de la intervención, mi estrés estaba en niveles alarmantes; tanto, que decidí tomarme mi primera quincena de vacaciones antes de operarme, para relajarme un poco y enfocar la que se me venía encima con un poco de paz de espíritu.

Ahora que ya casi he vuelto a mi vida de antes, no quiero que me pase lo mismo. Primero, porque soy la típica comedora compulsiva, que en momentos de ansiedad ataca la nevera, y no me lo puedo permitir. Y segundo, y más importante, creo yo, porque no vale la pena. Mi trabajo es estresante, sí. Mis compañeros a veces tampoco ayudan (Y sé que leéis esto. Pero a ver quién de vosotros me niega que a veces hay para matarnos). Y mi personalidad es la guinda del pastel. Pero el llegar a casa a las diez de la noche y no poder dormir hasta las tres de la mañana se tiene que terminar.

Así que durante estos tres meses, incluso esta misma semana, estoy aprendiendo y poniendo en práctica técnicas de control del estrés. Ya hice un cursillo allá por marzo, pero no me convenció mucho el enfoque que le daban; todo era control de la energía, apertura de chakras y todas esas cosas en las que yo no creo, quizá porque no acabo de entenderlas. Ahora estoy haciendo otro que me está gustando bastante más, lo imparte un psicólogo y su ideología es más tradicional, más cercana a la mía, supongo. Y además es fácil de poner en práctica. Sus "deberes" para la próxima clase consisten en buscar una actividad placentera (No, el sexo no vale, fue lo primero que preguntamos) y repetirla varias veces, para interiorizarla bien y poder evocarla en momentos de tensión.

Quizá eso no me ayude en medio de una parada cardíaca, pero seguro que me sirve cuando algún compañero tenga el día tonto. Al menos tendré que probarlo.

Y ahora, con vuestro permiso, voy a darme un baño calentito, con sus sales de baño, sus aceites esenciales y con mi chico dispuesto a hacerme un buen masaje después. Los deberes son los deberes.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Día +94: Como un tambor.



Hoy me he levantado con un dolor de cabeza descomunal. Será que no he dormido muy bien, supongo. Lo primero que he hecho al levantarme ha sido mirarme la tensión, por si hubiese tenido una subida; antes era motivo frecuente de dolor de cabeza. Pero no, tenía cifras normales, 130/80.

Vale, no tengo que tomarme las pastillas de la tensión. Así que debería tomarme un analgésico para el dolor de cabeza. ¿Pero qué me tomo?

Veréis, soy alérgica al paracetamol. Alérgica del tipo de que tuve un broncoespasmo la última vez que me tomé uno y acabé en urgencias con mascarillas y cortisona. Así que eso, descartado. Me quedan el nolotil, el ibuprofeno, la aspirina y demás antiinflamatorios. Pero todos ellos perjudican al estómago, no son los más indicados en el postoperatorio de una cirugía bariátrica. Ya han pasado tres meses y mi cirujano me comentó que podía tomar dexketoprofeno (un primo del ibuporofeno) como analgésico, pero prefiero evitarlo si puedo. Por si acaso. El día que me torcí el tobillo, pese a mis advertencias, el médico de urgencias  me pautó un diclofenaco inyectado y, aunque ni siquiera pasó por mi estómago, me sentó como un tiro.

Bueno, vale, no tomemos nada para el dolor de cabeza. Pero algo quisiera hacer, no me gustaría quedarme así. Por lo tanto, busco en Internet remedios para el dolor de cabeza, y en la web Remedios Populares  me encuentro todo esto.



Remedio para los dolores de cabeza #1: Una antigua tradición dice que los pies están relacionados con la cabeza.  Es decir, muchos remedios populares, provenientes de nuestros antepasados, aconsejan ponerse emplastos de diversas hortalizas en las plantas de los pies siendo la de patata, cebolla  y rábano las más populares.  
Igualmente, se aconseja tomar baño de pies con agua caliente el cual sería una mezcla de unacucharadita de mostaza. dos puñados de sal marina y un vaso de agua  Para aumentar la eficacia de los baños de pies podemos sacarlos de vez en cuando y mojarlos con agua fría, para activar aún más la circulación.  
Remedio para los dolores de cabeza #2: En Estados Unidos, muchas regiones rurales acostumbran, al sentir dolor de cabeza, aplicarse sobre la frente o la zona de la cabeza afectada, un pañuelo blanco empapado en vinagre de sidra.
Remedio para los dolores de cabeza #3: Otro remedio tradicional consiste en tomar una cuchara da de miel con media cucharada de jugo de ajo.
Remedio para los dolores de cabeza #4: Otro remedio tradicional es presionar un lado de la cien con el pulgar y el otro; con el dedo índice durante varios minutos.  Igualmente, puede frotar, por algunos minutos, las sienes  o la parte afectada por el dolor con la parte interior de un limón
Remedio para los dolores de cabeza #5: Otro remedio para aliviar el dolor de cabeza consiste en agitar los brazos y las manos vigorosamente lo que hace que fluya más sangre en estas área descongestionando la cabeza
Remedio para los dolores de cabeza #6: Otra acción que se puede realizar es llenar el abdomen de aire, contar hasta cinco y expulsar lentamente;el aire.  Realizar este actividad durante 5 minutos. Mientras se respira de ese modo, se visualiza internamente el propio cuerpo desde la punta de los pies; y se va subiendo visualizando todas las partes del cuerpo hasta llegar a la cabeza, donde se expulsa la energía que se ha ido recogiendo.
Remedio para los dolores de cabeza #7:  Este es un remedio caseros para combatir los dolores de cabeza con base a vinagre de vino o manzana que se denomina fomento y se aplica en paños en la frente.   Para confeccionarlo, se usa esencia de manzanilla, se calienta ligeramente un poco de vinagre al baño maría y se vierte en una taza. Para terminar, se le añade unas gotas de esencia de manzanilla. Luego, se empapa unos paños  en el vinagre, se escurre y se pone sobre la frente y no se retira hasta que estén secos.
Remedio para los dolores de cabeza #8: Se licuan 300 grs de col (repollo) y 100 grs de apio.  Se debe tomar en ayunas una vez al día.
Remedio para los dolores de cabeza #9: Sujetar una pinza de colgar la ropa en el lóbulo de la oreja(como un arete) del mismo lado donde se tiene el dolor de cabeza.

Remedio para los dolores de cabeza #10: Colocar en la habitación un recipiente con hojas de pino o pétalos de rosa sobre los que se haya vertido un litro de agua hirviendo.
Remedio para los dolores de cabeza #11: Empapar un trapo con agua y vino blanco en partes iguales y luego espolvorear flor de manzanilla en polvo.  Aplicar en la zona adolorida pasándola alternativamente de una sien a otra.
Remedio para los dolores de cabeza #12: Esparcir dentro de la almohada unas ramitas de lavanda. Está comprobada la acción sedante y suavemente hipnótica de esta planta en los casos de dolor de cabeza originados por la tensión
Remedio para los dolores de cabeza #13: Aplicar masajes en el cuello y en los pies con aceites relajantes como los de espliego, menta o mejorana, que eliminan la tensión muscular y ayudan a controlar el estrés que suele estar detrás de las cefaleas y migrañas.
Remedio para los dolores de cabeza #14: Frotar las muñecas y las sienes con alcohol de rosas, que se elabora cubriendo un frasco lleno de pétalos con alcohol de 96°.  Dejar reposar al sol, sin tapar, hasta que el perfume de la flor haya impregnado el líquido.

Remedio para los dolores de cabeza #15: Bañar  los pies con agua en la que haya hervido serpol, tomillo y enebro (hojas).  Refrescar con agua fría y, una vez secos, dar un masaje con aceite de oliva..
Remedio para los dolores de cabeza #16: Lavar la cabeza con el rocío de la mañana de San Juan (según creencias populares en ciertas regiones.)  
Remedio para los dolores de cabeza #17: Aplicar el agua fría en forma de compresa o hielo y sumergir,a la vez, pies y manos en agua caliente, lo que provoca el paso de la sangre en exceso hacia las extremidades
Remedio para los dolores de cabeza #18: Verter 2 gotas de aceite esencial de lavanda en la punta de los dedos y masajear con movimientos circulares las sienes, las órbitas oculares y detrás de los oídos y la nuca.  Es un remedio efectivo en caso de dolor de cabeza tensional.
Remedio para los dolores de cabeza #19: Inhalar gotas de aceite de lavanda, rosa o melisa en un pañuelo empapado.
Remedio para los dolores de cabeza #20:  Masajear el cuello con 5 gotas da aceite de lavanda y menta mezclado con 1 cucharada de aceite de almendra.
Remedio para los dolores de cabeza #21: Aplicar en la frente o en la parte donde se sienta el dolor un paño de hilo blanco mojado en leche fría. (según creencias populares en ciertas regiones.) 
Remedio para los dolores de cabeza #22: Hervir 3 cucharadas de hojas de valeriana en medio litro de agua. Beber 3 tazas diariamente.
Remedio para los dolores de cabeza #23:  Colocar 1 manojo de hojas frescas de higuerilla en una taza de agua que se encuentre hirviendo.  Tapar y tomar una taza, aún caliente, cada cinco horas.
Remedio para los dolores de cabeza #24: Colocar 2 cucharadas de albahaca seca en 1 taza de agua caliente durante 10 minutos; luego colar el líquido. Al enfriar, agregar 2 cucharadas de tintura de hamamelis (se puede adquirir en las farmacias botánicas), puesta a refrigerar previamente durante un rato. Aplicar la preparación mediante un paño, a modo de compresa, sobre la frente y en las sienes.



Aunque parezca una chorrada, decidí probar con los remedios 18 y 19, aprovechando que tenía aceite esencial de lavanda en casa. Total, pensé, qué puedo perder. ¡Y oye, mano de santo!
Así que ya sabéis. como a estas alturas que los que pasen por esto estarán hasta el moño de pastillas, es bueno saber este tipo de cosas. Yo por si acaso voy a asegurarme de tener aceite de lavanda en casa. 


PS: Me había cansado del diseño del blog, así que estoy haciendo algunos cambios. Espero que os gusten ^__^




viernes, 14 de septiembre de 2012

Día +91: Balance del tercer mes

Tres meses ya, madre mía. Echando la vista atrás, ha sido un verano... digamos... interesante.

Peso de hoy: 109,600 Kg. La torcedura de tobillo me ha hecho polvo la estadística. Pero bueno, desde que ya ando como toca he vuelto a recuperar mi ritmo de bajada. Estas cosas pasan... sobre todo a mí y a mis inestables tobillos.

Ya como casi con total normalidad. Casi. El pescado a la plancha aún me sienta como una patada, y no me atrevo mucho con cosas como el arroz. Pero con lo demás, no hay problema. Y el pescado me gusta más hervido que a la plancha, sólo lo hago así cuando quiero que mi chico también coma.

Me imagino lo complicado que debe resultar combinar la dieta post-cirugía con una familia. En mi casa sólo somos dos (Si no contamos a mi perro, claro) y tengo que hacer equilibrios para combinar los dos menús. En una casa con niños, debe ser el acabóse. a eso sumadle que hay días en que es mi chico quien hace la comida, y claro, después de 7 años de convivencia con enormes raciones, aún le cuesta asumir que como la mitad, o menos, de lo que comía antes. Aún no se ha acostumbrado a que no bebo durante las comidas, por ejemplo, y me sigue llenando un vaso de agua al sentarnos a la mesa (ya hemos sacado los vasos del estante bajo llave, hace un par de semanas, más o menos). Pero bueno, todo eso vendrá con el tiempo.

Como de costumbre, lo resumo en una palabra: Normalidad. Ya hago prácticamente la misma vida que hacía antes: como casi lo mismo, ayer salimos a comer fuera (Es un poco incordio explicar a según qué camareros por qué una mujer de 34 años se pide un menú infantil. Pero me lo tomo como gajes del oficio) y en nada volveré a trabajar. Vamos, que ya he vuelto a mi vida normal. Vida que, por otra parte, tampoco tengo por qué abandonar.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Día +89: Sleeves por el mundo

Ayer, hablando con una conocida chilena por el messenger, le estaba comentando qué era un sleeve, cómo se hacía y tal (Le podría haber pasado este blog, pero no sé si habría leído toooooodo el rollo). Y me comentó que no sabía si en Chile se hacía esta técnica o si seguían con el bypass de antes. Asçi que me dio por investigar un poco, me metí en San Google y encontré esto.

Estudio en chile donde. como podéis ver, sí, sí se realiza esta técnica y además con muy buenos resultados.

Surgery.com , página americana con información sobre estudios y estadísticas sobre resultados.

He encontrado más, pero Nini, espero que con esto quedes satisfecha ;)

lunes, 10 de septiembre de 2012

Día +87: Preparada para la vida moderna



¡Al fin, soy libre! Me han quitado la venda (Bueno... de eso se encargó ayer mi perro. Hoy simplemente han pasado de ponérmela) y me han dado, por fin, el alta. ¡Ya era hora, tres meses me he tirado sin trabajar! Parece mentira, pero ya tengo ganas de empezar. Aunque no empezaré mañana, sino dentro de 2 semanas, porque me han dado todas las vacaciones que tenía atrasadas y que no he disfrutado por estar de baja.

Aunque disfrutar,lo que se dice disfrutar... ¡Yo igualmente me lo he pasado en grande!

Ayer, para hacer la prueba (Y bastante más concienciada que la primera vez) volví a intentar tomarme un filete a la plancha. ¡Y me ha sentado bien! Aunque las raciones siguen siendo infantiles, no me quejo. Total, ésa es la idea, ¿no? comer menos. Ya puedo decir que mi dieta es prácticamente normal; lo único que aún tengo prohibido son las ensaladas, porque tienen demasiada fibra. Y como la lechuga no me gusta, casi que me hacen un favor, jajajaja.

Así que... ¡Compis, agarraos donde podáis, que voy para allá con energías renovadas!

martes, 4 de septiembre de 2012

Día +81: A lo Terminator

Así ando yo ahora, con muletas... Las mismas que he usado ya unas 10 veces desde que me las compré. ¡La mejor inversión de mi vida!

Ayer tocaba revisión con el médico de la mutua. ¿Os acordáis de él? Aquel que me hacía tantas preguntas para ver si él se decidía a pasar por el quirófano.

Pues el pobre se va a quedar sin saber cómo sigue mi aventura. Resulta que durante el mes de agosto la mutua ha cancelado su acuerdo con el hospital y ahora ya no van a seguir mi caso; a partir de ahora estoy en manos de la Seguridad Social.

Manda narices. Cambian las reglas del juego en pleno agosto, con la mitad del personal de vacaciones. Y a los que estamos de baja, como yo, ni una triste noticia. Ayer fui a pedir explicaciones a mi departamento de Recursos Humanos, a ver si tenía que hacer alguna gestión más. Y la respuesta del responsable: "Ah, ¿No lo sabías? Si se lo enviamos a todo el mundo por correo interno...". ¡Estoy de baja, patán! ¡No veo el correo interno! Y aunque vaya de vez en cuando a un ordenador y lo mire, con toda la porquería que mandan lo saturan en dos días y no me llegan los mensajes. Así que ya me diréis.

En fin. Unas ganas de dar muletazos a diestro y siniestro... Total, ya que tengo que llevarlas, les doy buen uso.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Día +79: A perro flaco todo son pulgas


Esa imagen de ahí arriba es el resultado de no querer pisar a mi perro. Hemos ido con él a casa de unos amigos, se me ha cruzado, y para no pisarlo a él he resbalado en un charco. Resultado: Dos semanas con el pie en alto. Veréis mañana cuando me vea el médico de familia. Si es que llevo una racha...

jueves, 30 de agosto de 2012

Día +77: Corazón de melón



Hoy, visita con la enfermera de Endocrinología. Sé que esto empieza a parecer una agenda médica, pero chicos, ésta es mi vida desde hace más de dos meses.

Media hora me he pasado en la consulta, aunque habrían sido 10 minutos si a la pobre no la hubiesen estado molestando con llamadas de teléfono y toquecitos en la puerta cada 5 minutos. ¡Bienvenidos a la sanidad pública, con sus agendas sobrecargadas y su falta absoluta de tiempo hasta para ir al baño! Ains, si hasta me está entrando la nostalgia...

De momento, todo va estupendamente. He llegado a la barrera de los 110 kilazos, he perdido 18. Oír que tu índice de masa corporal ha bajado casi 8 puntos anima a cualquiera.

Por lo que respecta a la comida, no hay muchos cambios. Ya puedo comer casi de todo, aunque aún hay cosas que no se me recomiendan. Las ensaladas, por ejemplo. Quién me iba a decir a mí que vería a mi marido comerse una ensalada, lechuga incluida, mientras se me hacía la boca agua. Pero con las frutas y las verduras cocidas tengo campo libre. Creo que cuando cobre, lo primero que voy a hacer será asaltar una frutería. ¡Me muero por un trozo de melón!

Una de las cosas que no sabía hasta hoy es que las comidas a la plancha serían las más difíciles de digerir. Quizá fue por eso que el filete me sentó como una patada el otro día. Pero bueno, existiendo la posibilidad de hervir o incluso asar los alimentos, es pasable. Seamos sinceros, mejor un suculento trozo de pollo asado que una sosa pechuga a la plancha.

Lo que importa es que mi vida y mis hábitos están volviendo poco a poco a la normalidad. Ya sólo falta que me dejen volver al trabajo (Es increíble, pero empiezo a echar de menos el corre-corre de la URPA) y podré decir que mi convalecencia habrá terminado. ¡Menudo verano ha sido éste!

jueves, 23 de agosto de 2012

Día +70: De campo y playa

Últimamente mi perro está de lo más cansino. No le sacamos mucho, quizá, o será que se aburre; la cuestión es que últimamente se está portando fatal, de lo más pegajoso y demandante de atención.

Os preguntaréis que tiene eso que ver con mi recuperación. Tiempo al tiempo. 

A lo que iba. Para que se cansara un rato, nos lo hemos llevado a la playa. No hay ninguna playa cerca de mi casa donde se pueda llevar a los perros, así que hemos madrugado un poco (Sigo pensando que levantarse a las 7 de la mañana en pleno mes de agosto debería estar penado por la ley) y nos hemos plantado en la playa a las 8 de la mañana, cuando todavía no hay ni Dios y podemos triscar con el animalito a gusto. De todas formas, donde solemos ir nunca nos han puesto problemas, pero en pleno mes de agosto, con las playas llenas, siempre hay riesgo de que te toque algún imbécil perrófobo. 





Vamos, que el bicho se lo ha pasado de muerte... Y los amos, ni os cuento...

Como para las 11 empezaba a haber muchos niños y alguna cara larga en la playa, nos hemos venido para casa. Antes de las 12 estábamos en casa, todos duchados (Sí, el perro también). Y estábamos muertos, los tres. Yo no he pedido más y me he echado una siesta antes de comer... de casi 2 horas. 

Apenas aguanto 2 horas en la playa(La primera hora, como acababa de desayunar, no seguí a los chicos y vegeté un poco).  Ni os cuento lo que pueden ser 7 horas de turno de trabajo corre-que-te-corre. O peor, 10 horas en el turno de noche. Por eso es por lo que sigo de baja, porque sigo de un flojo que asusta. En fin, será cuestión de tener paciencia. 

Ah, por cierto. Peso de... hace 15 minutos: 111.500Kg.

PS: Compis, juro que esta entrada no está hecha para dar envidia a nadie. 

PS2: Bueno, sí, un poco sí, lo reconozco... 

sábado, 18 de agosto de 2012

Día +65: Pero qué potitas son las comparaciones.

Ayer fue un día para olvidar. A la hora de comer, debía estar experimentando un estado de enajenación mental transitoria o algo así, porque tuve la genial idea de meterme entre pecho y espalda un filete. Y de cerdo, además. aunque fuera muy magro y eso, pasó lo que tenía que pasar y eché hasta la primera papilla. Sí, podéis decirlo, soy tonta de capirote.

Estuve con mal cuerpo todo el día, y para la noche, para no forzar la máquina, volví a  mis seguros potitos, porque no había ido a hacer la compra y no tenía con qué hacerme un puré. Y mucho mejor, la verdad. 

Con el potito en la mano, anoche me dio por filosofar. Cuando estuve con la enfermera del endocrino, a la hora de pasar a la dieta en purés, me recomendó que, si tenía que tomarme un potito, me tomase uno para adultos, de los que venden para la gente que no puede tomar sólidos (Léase yo misma). Los de bebés, por lo visto, tienen menos proteínas y más azúcares, y no son los más recomedables. Al menos eso fue lo que me dijo. 

Vale, estupendo. Ponte a buscar potitos para adultos. En un radio de 5 calles alrededor de mi casa, que yo sepa, hay 7 supermercados, incluido un Corte Inglés. Será por oferta. Pero en ninguno he sido capaz de encontrar los dichosos potitos. El único hipermercado en que los he encontrado es uno que está a 12 kilómetros de casa, así que tengo que conducir para llegar. Sí, claro, también están las farmacia,  pero me niego a pagar 3 euros por un potito. para eso me hago los purés yo. 

Y respecto a la cantidad de nutrientes de cada potito... Mejor os pongo unas fotos (Perdonad el desorden, mi escitorio suele ser un caos).

Como habréis imaginado, la imagen de arriba corresponde a un potito infantil,de menestra con cordero y la de abajo, a un potito para adultos de ternera a la jardinera. He cogido dos potitos que tenía por casa y que se parecieran un poco, porque tampoco voy a comparar uno de pescado y arroz con uno de plátano. 

Veamos. Como véis, lo de que los potitos para adultos tienen más proteínas  no es cierto. Tienen prácticamente las mismas. Añadidle que el potito infantil, a pesar de que es cierto que tiene más azúcares, es menos calórico porque aporta menos grasas. También son muy parecidos respecto al sodio, y, aunque el potito infantil no lo marca, haciendo cuentas se deduce que tiene menos colesterol que el de adultos. El infantil tiene un poco más de fibra, eso sí. Pero puede ser porque lleva verdura; los hay que llevan arroz o pasta y no tienen ni la mitad. 

Viendo esto, he llegado a dos conclusiones. Primera, el potito infantil gana por goleada al de adulto. Además, es más fácil de encontrar, más barato y tiene mejor sabor (quizá sea porque no hice una buena elección de sabores, pero los de adultos no me saben a nada). Así que, lamentándolo mucho por la enfermera, el día que me tenga que tomar uno, me lo tomaré infantil. 

Y segunda (y ésta me la apunto para el día en que tenga hijos): Ojo con los potitos infantiles que se venden en el súper. Como habéis visto, tienen un montón de proteínas,probablemente más de las recomendables para los bebés. Desde luego, después de mi experiencia, me lo pensaré dos veces antes de darle uno a un hipotético hijo mio. Para eso se los hago yo en casa. Que yo soy adulta y dueña de lo que le meto a mi cuerpo, pero un bebé es algo muy serio. 




miércoles, 15 de agosto de 2012

Día +62: Balance del segundo mes.

Sí, sé que esta entrada debía publicarla el día 14, léase ayer. Pero hasta esta tarde la conexión a Internet me ha estado vacilando y no me ha dejado entrar. Sorry.

Mi peso de hace... eh... cinco minutos: 112,800 Kg. -16 Kilos.

Veamos... ¿Qué ha cambiado en este segundo mes? A bote pronto, la dieta. Ahora ya como sólidos, aunque blanditos. Aún no me atrevo con cosas como un filete, pero sí con patatas hervidas, tortillas, pescado hervido... Ayer, sin ir más lejos, como a mi marido y mi cuñado se les antojó pizza para cenar, ya que fui al súper compré unas hamburguesas de pescado (merluza y salmón, creo que llevan), y ésa ha sido mi comida de hoy, mientras los chicos comían filetes de cerdo y ensalada de patatas alemana (se están aprovechando de que detesto esa ensalada, y últimamente se están poniendo ciegos). 

Por fortuna, no he vomitado en este mes ni la mitad que en el anterior. He tenido mis malos ratos, por supuesto. Cuando me hicieron pasar a la dieta blanda, estaba aterrada, después de mi experiencia con los purés. Pero no ha sido tan malo, la verdad. Supongo que también ha influido el que ya tengo una idea de cuáles son mis límites y que procuro no sobrepasarlos. ¡La experiencia del mes pasado me ha servido de algo!

Como el mes pasado, lo resumo en una palabra: Mejor. No bien del todo, pero mejor. Los días más malos han quedado definitivamente atrás, aunque aún no puedo bajar la guardia. Ni la bajaré hasta que pueda cumplir uno de mis sueños desde que me operé: Volver a catar el sushi ;)

Ah, y ya me puedo beber medio vaso de agua de golpe, si no he comido nada antes. ¡Y creedme, en plena ola de calor, con 40 grados a la sombra, es lo mejor que me podría pasar!