Hoy ya puedo decir que he vuelto a la normalidad: He vuelto al trabajo.
¡Estoy muerta! Además, ha sido una mañanita de aquí te espero. Entre que faltaba personal y que yo iba más perdida que un pulpo en un garaje, me ha costado un poco sacar adelante la cosa. Poco a poco, supongo.
Eso sí, el resto del día he estado hecha fosfatina. Aún me falta encontrar mi ritmo, supongo. Pero tiempo al tiempo.
viernes, 28 de septiembre de 2012
jueves, 27 de septiembre de 2012
Día +104: Puajjjo...
Vaya día que pasé ayer. Estuve con naúseas tooooodo el santo día, a partir de las 10, poco más o menos. ¿Y por qué? Porque para cocinar, quise hacerle a mi chico un poco de cordero asado, con un picadillo de aceite, ajo y perejil. Más simple imposible.
A mí siempre me ha gustado el ajo. No hasta el punto de comérmelo crudo, pero frito o asado reconozco que me priva. Y mi chico... bueno, él no hace mahonesa con ajo, hace ajo con mahonesa. Y nunca me había dado problemas. A ver, no es que tome ajo todos los días a todas horas. Y desde la intervención, lo he racionado muy pero que muy mucho. De hecho, el cordero no era para mí, yo tenía patatas y un huevo hervido para comer.
Pero ya en el horno, cuando empieza a salir ese olorcito a carne asada con ajito, que en cualquier otro momento me habría hecho la boca agua... puaj, qué horror. Hacía semanas que no me encontraba tan mal. Ya os digo, todo el santo día con náuseas. Incluso por la tarde, cuando fui a clase (¿recordáis el curso del que os hablé en la entrada anterior?) a media lección tuve que salir e ir al baño. Vamos, un desastre.
Menos mal que el día anterior me había pasado por una tetería que me encanta. No compré té, claro, y es una lástima porque también me gusta mucho. Pero me llevé un par de infusiones digestivas que fueron las que me ayudaron a terminar de pasar el día. Creo que, de no ser por ellas, aún seguiría con la vomitona.
Para que veáis. Este tipo de intervenciones es como si te cogieran el estómago y le dieran la vuelta. Cosas fuertes que hasta ahora te encantaban, te dan náuseas con sólo olerlas. Lo positivo es que así te fuerzan a comer cosas suaves Pero ésta es la parte negativa.
Por si acaso, hoy, tortilla francesa para los dos. Aunque la de él lleva atún y pimiento rojo. Tampoco tiene él la culpa.
A mí siempre me ha gustado el ajo. No hasta el punto de comérmelo crudo, pero frito o asado reconozco que me priva. Y mi chico... bueno, él no hace mahonesa con ajo, hace ajo con mahonesa. Y nunca me había dado problemas. A ver, no es que tome ajo todos los días a todas horas. Y desde la intervención, lo he racionado muy pero que muy mucho. De hecho, el cordero no era para mí, yo tenía patatas y un huevo hervido para comer.
Pero ya en el horno, cuando empieza a salir ese olorcito a carne asada con ajito, que en cualquier otro momento me habría hecho la boca agua... puaj, qué horror. Hacía semanas que no me encontraba tan mal. Ya os digo, todo el santo día con náuseas. Incluso por la tarde, cuando fui a clase (¿recordáis el curso del que os hablé en la entrada anterior?) a media lección tuve que salir e ir al baño. Vamos, un desastre.
Menos mal que el día anterior me había pasado por una tetería que me encanta. No compré té, claro, y es una lástima porque también me gusta mucho. Pero me llevé un par de infusiones digestivas que fueron las que me ayudaron a terminar de pasar el día. Creo que, de no ser por ellas, aún seguiría con la vomitona.
Para que veáis. Este tipo de intervenciones es como si te cogieran el estómago y le dieran la vuelta. Cosas fuertes que hasta ahora te encantaban, te dan náuseas con sólo olerlas. Lo positivo es que así te fuerzan a comer cosas suaves Pero ésta es la parte negativa.
Por si acaso, hoy, tortilla francesa para los dos. Aunque la de él lleva atún y pimiento rojo. Tampoco tiene él la culpa.
domingo, 23 de septiembre de 2012
Día +100: Ommmmmm...
Cien días, qué número más redondito, ¿verdad? Se merecía una entrada, aunque no tuviese mucho que contar.
Una de las cosas que he tenido que aprender a la fuerza es a tomarme la vida con más calma. Lo reconozco, soy una persona tremendamente nerviosa, y respondo bastante mal ante el estrés. No es una buena combinación. Y dos semanas antes de la intervención, mi estrés estaba en niveles alarmantes; tanto, que decidí tomarme mi primera quincena de vacaciones antes de operarme, para relajarme un poco y enfocar la que se me venía encima con un poco de paz de espíritu.
Ahora que ya casi he vuelto a mi vida de antes, no quiero que me pase lo mismo. Primero, porque soy la típica comedora compulsiva, que en momentos de ansiedad ataca la nevera, y no me lo puedo permitir. Y segundo, y más importante, creo yo, porque no vale la pena. Mi trabajo es estresante, sí. Mis compañeros a veces tampoco ayudan (Y sé que leéis esto. Pero a ver quién de vosotros me niega que a veces hay para matarnos). Y mi personalidad es la guinda del pastel. Pero el llegar a casa a las diez de la noche y no poder dormir hasta las tres de la mañana se tiene que terminar.
Así que durante estos tres meses, incluso esta misma semana, estoy aprendiendo y poniendo en práctica técnicas de control del estrés. Ya hice un cursillo allá por marzo, pero no me convenció mucho el enfoque que le daban; todo era control de la energía, apertura de chakras y todas esas cosas en las que yo no creo, quizá porque no acabo de entenderlas. Ahora estoy haciendo otro que me está gustando bastante más, lo imparte un psicólogo y su ideología es más tradicional, más cercana a la mía, supongo. Y además es fácil de poner en práctica. Sus "deberes" para la próxima clase consisten en buscar una actividad placentera (No, el sexo no vale, fue lo primero que preguntamos) y repetirla varias veces, para interiorizarla bien y poder evocarla en momentos de tensión.
Quizá eso no me ayude en medio de una parada cardíaca, pero seguro que me sirve cuando algún compañero tenga el día tonto. Al menos tendré que probarlo.
Y ahora, con vuestro permiso, voy a darme un baño calentito, con sus sales de baño, sus aceites esenciales y con mi chico dispuesto a hacerme un buen masaje después. Los deberes son los deberes.
Una de las cosas que he tenido que aprender a la fuerza es a tomarme la vida con más calma. Lo reconozco, soy una persona tremendamente nerviosa, y respondo bastante mal ante el estrés. No es una buena combinación. Y dos semanas antes de la intervención, mi estrés estaba en niveles alarmantes; tanto, que decidí tomarme mi primera quincena de vacaciones antes de operarme, para relajarme un poco y enfocar la que se me venía encima con un poco de paz de espíritu.
Ahora que ya casi he vuelto a mi vida de antes, no quiero que me pase lo mismo. Primero, porque soy la típica comedora compulsiva, que en momentos de ansiedad ataca la nevera, y no me lo puedo permitir. Y segundo, y más importante, creo yo, porque no vale la pena. Mi trabajo es estresante, sí. Mis compañeros a veces tampoco ayudan (Y sé que leéis esto. Pero a ver quién de vosotros me niega que a veces hay para matarnos). Y mi personalidad es la guinda del pastel. Pero el llegar a casa a las diez de la noche y no poder dormir hasta las tres de la mañana se tiene que terminar.
Así que durante estos tres meses, incluso esta misma semana, estoy aprendiendo y poniendo en práctica técnicas de control del estrés. Ya hice un cursillo allá por marzo, pero no me convenció mucho el enfoque que le daban; todo era control de la energía, apertura de chakras y todas esas cosas en las que yo no creo, quizá porque no acabo de entenderlas. Ahora estoy haciendo otro que me está gustando bastante más, lo imparte un psicólogo y su ideología es más tradicional, más cercana a la mía, supongo. Y además es fácil de poner en práctica. Sus "deberes" para la próxima clase consisten en buscar una actividad placentera (No, el sexo no vale, fue lo primero que preguntamos) y repetirla varias veces, para interiorizarla bien y poder evocarla en momentos de tensión.
Quizá eso no me ayude en medio de una parada cardíaca, pero seguro que me sirve cuando algún compañero tenga el día tonto. Al menos tendré que probarlo.
Y ahora, con vuestro permiso, voy a darme un baño calentito, con sus sales de baño, sus aceites esenciales y con mi chico dispuesto a hacerme un buen masaje después. Los deberes son los deberes.
lunes, 17 de septiembre de 2012
Día +94: Como un tambor.
Hoy me he levantado con un dolor de cabeza
descomunal. Será que no he dormido muy bien, supongo. Lo primero que he hecho
al levantarme ha sido mirarme la tensión, por si hubiese tenido una subida;
antes era motivo frecuente de dolor de cabeza. Pero no, tenía cifras normales,
130/80.
Vale,
no tengo que tomarme las pastillas de la tensión. Así que debería tomarme un
analgésico para el dolor de cabeza. ¿Pero qué me tomo?
Veréis,
soy alérgica al paracetamol. Alérgica del tipo de que tuve un broncoespasmo la
última vez que me tomé uno y acabé en urgencias con mascarillas y cortisona.
Así que eso, descartado. Me quedan el nolotil, el ibuprofeno, la aspirina y
demás antiinflamatorios. Pero todos ellos perjudican al estómago, no son los
más indicados en el postoperatorio de una cirugía bariátrica. Ya han pasado
tres meses y mi cirujano me comentó que podía tomar dexketoprofeno (un primo
del ibuporofeno) como analgésico, pero prefiero evitarlo si puedo. Por si
acaso. El día que me torcí el tobillo, pese a mis advertencias, el médico de
urgencias me pautó un diclofenaco inyectado y, aunque ni siquiera pasó
por mi estómago, me sentó como un tiro.
Bueno,
vale, no tomemos nada para el dolor de cabeza. Pero algo quisiera hacer, no me
gustaría quedarme así. Por lo tanto, busco en Internet remedios para el dolor
de cabeza, y en la web Remedios Populares me
encuentro todo esto.
Remedio para los dolores
de cabeza #1: Una antigua tradición dice que los pies están relacionados
con la cabeza. Es decir, muchos remedios populares, provenientes de
nuestros antepasados, aconsejan ponerse emplastos de diversas hortalizas en las
plantas de los pies siendo la de
patata, cebolla y rábano las más populares.
Igualmente, se aconseja
tomar baño de pies con agua caliente el cual sería una mezcla de
unacucharadita de mostaza. dos puñados de sal marina y un vaso de agua
Para aumentar la eficacia de los baños de pies podemos sacarlos de vez en
cuando y mojarlos con agua fría, para activar aún más la
circulación.
Remedio para los dolores
de cabeza #2: En Estados Unidos, muchas regiones rurales acostumbran, al
sentir dolor de cabeza, aplicarse sobre la frente o la zona de la cabeza
afectada, un pañuelo blanco empapado en vinagre de sidra.
Remedio para los dolores
de cabeza #3: Otro remedio tradicional consiste en tomar una cuchara da de
miel con media cucharada de jugo de ajo.
Remedio para los
dolores de cabeza #4: Otro remedio tradicional es presionar un lado de
la cien con el pulgar y el otro; con el dedo índice durante varios
minutos. Igualmente, puede frotar, por algunos minutos, las
sienes o la parte afectada por el dolor con la parte interior de
un limón
Remedio para los dolores de
cabeza #5: Otro remedio para aliviar el dolor de cabeza consiste en
agitar los brazos y las manos vigorosamente lo que hace que fluya más sangre
en estas área descongestionando la cabeza
Remedio para los dolores de cabeza #6: Otra acción que
se puede realizar es llenar el abdomen de aire, contar hasta cinco y expulsar
lentamente;el aire. Realizar este actividad durante 5 minutos. Mientras
se respira de ese modo, se visualiza internamente el propio cuerpo desde la
punta de los pies; y se va subiendo visualizando todas las partes del cuerpo
hasta llegar a la cabeza, donde se expulsa la energía que se ha ido
recogiendo.
|
Remedio para los dolores
de cabeza #7: Este es un remedio caseros para combatir los dolores
de cabeza con base a vinagre de vino o manzana que se denomina
fomento y se aplica en paños en la frente. Para confeccionarlo, se
usa esencia de manzanilla, se calienta ligeramente un poco de vinagre
al baño maría y se vierte en una taza. Para terminar, se le añade unas gotas de
esencia de manzanilla. Luego, se empapa unos paños en el vinagre, se
escurre y se pone sobre la frente y no se retira hasta que estén secos.
Remedio para los dolores
de cabeza #8: Se licuan 300 grs de col (repollo) y 100
grs de apio. Se debe tomar en ayunas una vez al día.
Remedio para los dolores
de cabeza #9: Sujetar una pinza de colgar la ropa en el lóbulo de la
oreja(como un arete) del mismo lado donde se tiene el dolor de cabeza.
Remedio para los dolores
de cabeza #10: Colocar en la habitación un recipiente con hojas de pino o
pétalos de rosa sobre los que se haya vertido un litro de agua hirviendo.
Remedio para los dolores
de cabeza #11: Empapar un trapo con agua y vino blanco en partes iguales y
luego espolvorear flor de manzanilla en polvo. Aplicar en la zona adolorida
pasándola alternativamente de una sien a otra.
Remedio para los dolores
de cabeza #12: Esparcir dentro de la almohada unas ramitas de lavanda. Está
comprobada la acción sedante y suavemente hipnótica de esta planta en los casos
de dolor de cabeza originados por la tensión
Remedio para los dolores
de cabeza #13: Aplicar masajes en el cuello y en los pies con aceites
relajantes como los de espliego, menta o mejorana, que eliminan la tensión
muscular y ayudan a controlar el estrés que suele estar detrás de las cefaleas
y migrañas.
Remedio para los dolores
de cabeza #14: Frotar las muñecas y las sienes con alcohol de rosas, que se
elabora cubriendo un frasco lleno de pétalos con alcohol de
96°. Dejar reposar al sol, sin tapar, hasta que el perfume de la
flor haya impregnado el líquido.
Remedio para los dolores
de cabeza #15: Bañar los pies con agua en la que haya hervido
serpol, tomillo y enebro (hojas). Refrescar con agua fría y, una vez
secos, dar un masaje con aceite de oliva..
Remedio para los dolores
de cabeza #16: Lavar la cabeza con el rocío de la mañana de San Juan (según
creencias populares en ciertas regiones.)
Remedio para los dolores
de cabeza #17: Aplicar el agua fría en forma de compresa
o hielo y sumergir,a la vez, pies y manos en agua caliente, lo que
provoca el paso de la sangre en exceso hacia las extremidades
Remedio para los dolores
de cabeza #18: Verter 2 gotas de aceite esencial de lavanda en la punta de
los dedos y masajear con movimientos circulares las sienes, las órbitas
oculares y detrás de los oídos y la nuca. Es un remedio efectivo en
caso de dolor de cabeza tensional.
Remedio para los dolores
de cabeza #19: Inhalar gotas de aceite de lavanda, rosa o melisa en un
pañuelo empapado.
Remedio para los dolores
de cabeza #20: Masajear el cuello con 5 gotas da aceite
de lavanda y menta mezclado con 1 cucharada de aceite de almendra.
Remedio para los dolores
de cabeza #21: Aplicar en la frente o en la parte donde se sienta el dolor
un paño de hilo blanco mojado en leche fría. (según creencias populares en
ciertas regiones.)
Remedio para los dolores
de cabeza #22: Hervir 3 cucharadas de hojas de valeriana en
medio litro de agua. Beber 3 tazas diariamente.
Remedio para los dolores
de cabeza #23: Colocar 1 manojo de hojas frescas de higuerilla
en una taza de agua que se encuentre hirviendo. Tapar y tomar una taza,
aún caliente, cada cinco horas.
Remedio para los dolores
de cabeza #24: Colocar 2 cucharadas de albahaca seca en
1 taza de agua caliente durante 10 minutos; luego colar el líquido. Al
enfriar, agregar 2 cucharadas de tintura de hamamelis (se puede adquirir en las
farmacias botánicas), puesta a refrigerar previamente durante un rato. Aplicar
la preparación mediante un paño, a modo de compresa, sobre la frente y en
las sienes.
Aunque parezca una chorrada, decidí probar con los remedios 18 y 19, aprovechando que tenía aceite esencial de lavanda en casa. Total, pensé, qué puedo perder. ¡Y oye, mano de santo!
Así que ya sabéis. como a estas alturas que los que pasen por esto estarán hasta el moño de pastillas, es bueno saber este tipo de cosas. Yo por si acaso voy a asegurarme de tener aceite de lavanda en casa.
PS: Me había cansado del diseño del blog, así que estoy haciendo algunos cambios. Espero que os gusten ^__^
Así que ya sabéis. como a estas alturas que los que pasen por esto estarán hasta el moño de pastillas, es bueno saber este tipo de cosas. Yo por si acaso voy a asegurarme de tener aceite de lavanda en casa.
PS: Me había cansado del diseño del blog, así que estoy haciendo algunos cambios. Espero que os gusten ^__^
viernes, 14 de septiembre de 2012
Día +91: Balance del tercer mes
Tres meses ya, madre mía. Echando la vista atrás, ha sido un verano... digamos... interesante.
Peso de hoy: 109,600 Kg. La torcedura de tobillo me ha hecho polvo la estadística. Pero bueno, desde que ya ando como toca he vuelto a recuperar mi ritmo de bajada. Estas cosas pasan... sobre todo a mí y a mis inestables tobillos.
Ya como casi con total normalidad. Casi. El pescado a la plancha aún me sienta como una patada, y no me atrevo mucho con cosas como el arroz. Pero con lo demás, no hay problema. Y el pescado me gusta más hervido que a la plancha, sólo lo hago así cuando quiero que mi chico también coma.
Me imagino lo complicado que debe resultar combinar la dieta post-cirugía con una familia. En mi casa sólo somos dos (Si no contamos a mi perro, claro) y tengo que hacer equilibrios para combinar los dos menús. En una casa con niños, debe ser el acabóse. a eso sumadle que hay días en que es mi chico quien hace la comida, y claro, después de 7 años de convivencia con enormes raciones, aún le cuesta asumir que como la mitad, o menos, de lo que comía antes. Aún no se ha acostumbrado a que no bebo durante las comidas, por ejemplo, y me sigue llenando un vaso de agua al sentarnos a la mesa (ya hemos sacado los vasos del estante bajo llave, hace un par de semanas, más o menos). Pero bueno, todo eso vendrá con el tiempo.
Como de costumbre, lo resumo en una palabra: Normalidad. Ya hago prácticamente la misma vida que hacía antes: como casi lo mismo, ayer salimos a comer fuera (Es un poco incordio explicar a según qué camareros por qué una mujer de 34 años se pide un menú infantil. Pero me lo tomo como gajes del oficio) y en nada volveré a trabajar. Vamos, que ya he vuelto a mi vida normal. Vida que, por otra parte, tampoco tengo por qué abandonar.
Peso de hoy: 109,600 Kg. La torcedura de tobillo me ha hecho polvo la estadística. Pero bueno, desde que ya ando como toca he vuelto a recuperar mi ritmo de bajada. Estas cosas pasan... sobre todo a mí y a mis inestables tobillos.
Ya como casi con total normalidad. Casi. El pescado a la plancha aún me sienta como una patada, y no me atrevo mucho con cosas como el arroz. Pero con lo demás, no hay problema. Y el pescado me gusta más hervido que a la plancha, sólo lo hago así cuando quiero que mi chico también coma.
Me imagino lo complicado que debe resultar combinar la dieta post-cirugía con una familia. En mi casa sólo somos dos (Si no contamos a mi perro, claro) y tengo que hacer equilibrios para combinar los dos menús. En una casa con niños, debe ser el acabóse. a eso sumadle que hay días en que es mi chico quien hace la comida, y claro, después de 7 años de convivencia con enormes raciones, aún le cuesta asumir que como la mitad, o menos, de lo que comía antes. Aún no se ha acostumbrado a que no bebo durante las comidas, por ejemplo, y me sigue llenando un vaso de agua al sentarnos a la mesa (ya hemos sacado los vasos del estante bajo llave, hace un par de semanas, más o menos). Pero bueno, todo eso vendrá con el tiempo.
Como de costumbre, lo resumo en una palabra: Normalidad. Ya hago prácticamente la misma vida que hacía antes: como casi lo mismo, ayer salimos a comer fuera (Es un poco incordio explicar a según qué camareros por qué una mujer de 34 años se pide un menú infantil. Pero me lo tomo como gajes del oficio) y en nada volveré a trabajar. Vamos, que ya he vuelto a mi vida normal. Vida que, por otra parte, tampoco tengo por qué abandonar.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Día +89: Sleeves por el mundo
Ayer, hablando con una conocida chilena por el messenger, le estaba comentando qué era un sleeve, cómo se hacía y tal (Le podría haber pasado este blog, pero no sé si habría leído toooooodo el rollo). Y me comentó que no sabía si en Chile se hacía esta técnica o si seguían con el bypass de antes. Asçi que me dio por investigar un poco, me metí en San Google y encontré esto.
Estudio en chile donde. como podéis ver, sí, sí se realiza esta técnica y además con muy buenos resultados.
Surgery.com , página americana con información sobre estudios y estadísticas sobre resultados.
He encontrado más, pero Nini, espero que con esto quedes satisfecha ;)
Estudio en chile donde. como podéis ver, sí, sí se realiza esta técnica y además con muy buenos resultados.
Surgery.com , página americana con información sobre estudios y estadísticas sobre resultados.
He encontrado más, pero Nini, espero que con esto quedes satisfecha ;)
lunes, 10 de septiembre de 2012
Día +87: Preparada para la vida moderna
¡Al fin, soy libre! Me han quitado la venda (Bueno... de eso se encargó ayer mi perro. Hoy simplemente han pasado de ponérmela) y me han dado, por fin, el alta. ¡Ya era hora, tres meses me he tirado sin trabajar! Parece mentira, pero ya tengo ganas de empezar. Aunque no empezaré mañana, sino dentro de 2 semanas, porque me han dado todas las vacaciones que tenía atrasadas y que no he disfrutado por estar de baja.
Aunque disfrutar,lo que se dice disfrutar... ¡Yo igualmente me lo he pasado en grande!
Ayer, para hacer la prueba (Y bastante más concienciada que la primera vez) volví a intentar tomarme un filete a la plancha. ¡Y me ha sentado bien! Aunque las raciones siguen siendo infantiles, no me quejo. Total, ésa es la idea, ¿no? comer menos. Ya puedo decir que mi dieta es prácticamente normal; lo único que aún tengo prohibido son las ensaladas, porque tienen demasiada fibra. Y como la lechuga no me gusta, casi que me hacen un favor, jajajaja.
Así que... ¡Compis, agarraos donde podáis, que voy para allá con energías renovadas!
martes, 4 de septiembre de 2012
Día +81: A lo Terminator
Así ando yo ahora, con muletas... Las mismas que he usado ya unas 10 veces desde que me las compré. ¡La mejor inversión de mi vida!
Ayer tocaba revisión con el médico de la mutua. ¿Os acordáis de él? Aquel que me hacía tantas preguntas para ver si él se decidía a pasar por el quirófano.
Pues el pobre se va a quedar sin saber cómo sigue mi aventura. Resulta que durante el mes de agosto la mutua ha cancelado su acuerdo con el hospital y ahora ya no van a seguir mi caso; a partir de ahora estoy en manos de la Seguridad Social.
Manda narices. Cambian las reglas del juego en pleno agosto, con la mitad del personal de vacaciones. Y a los que estamos de baja, como yo, ni una triste noticia. Ayer fui a pedir explicaciones a mi departamento de Recursos Humanos, a ver si tenía que hacer alguna gestión más. Y la respuesta del responsable: "Ah, ¿No lo sabías? Si se lo enviamos a todo el mundo por correo interno...". ¡Estoy de baja, patán! ¡No veo el correo interno! Y aunque vaya de vez en cuando a un ordenador y lo mire, con toda la porquería que mandan lo saturan en dos días y no me llegan los mensajes. Así que ya me diréis.
En fin. Unas ganas de dar muletazos a diestro y siniestro... Total, ya que tengo que llevarlas, les doy buen uso.
Ayer tocaba revisión con el médico de la mutua. ¿Os acordáis de él? Aquel que me hacía tantas preguntas para ver si él se decidía a pasar por el quirófano.
Pues el pobre se va a quedar sin saber cómo sigue mi aventura. Resulta que durante el mes de agosto la mutua ha cancelado su acuerdo con el hospital y ahora ya no van a seguir mi caso; a partir de ahora estoy en manos de la Seguridad Social.
Manda narices. Cambian las reglas del juego en pleno agosto, con la mitad del personal de vacaciones. Y a los que estamos de baja, como yo, ni una triste noticia. Ayer fui a pedir explicaciones a mi departamento de Recursos Humanos, a ver si tenía que hacer alguna gestión más. Y la respuesta del responsable: "Ah, ¿No lo sabías? Si se lo enviamos a todo el mundo por correo interno...". ¡Estoy de baja, patán! ¡No veo el correo interno! Y aunque vaya de vez en cuando a un ordenador y lo mire, con toda la porquería que mandan lo saturan en dos días y no me llegan los mensajes. Así que ya me diréis.
En fin. Unas ganas de dar muletazos a diestro y siniestro... Total, ya que tengo que llevarlas, les doy buen uso.
domingo, 2 de septiembre de 2012
Día +79: A perro flaco todo son pulgas
Esa imagen de ahí arriba es el resultado de no querer pisar a mi perro. Hemos ido con él a casa de unos amigos, se me ha cruzado, y para no pisarlo a él he resbalado en un charco. Resultado: Dos semanas con el pie en alto. Veréis mañana cuando me vea el médico de familia. Si es que llevo una racha...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)