jueves, 28 de marzo de 2013

Día +287: De vuelta a los líquidos



Que no cunda el pánico. Llevo un par de días a líquidos, pero no por mi estómago, ése funciona como es debido en condiciones normales. ¡Ojalá pudiese decir lo mismo de mi boca!

Os explico. La cosa se remonta a hace ya unos años, cuando me partí una muela un día que fuimos a comernos unas costillas entre mi chico y yo (ahora que pienso en ello, me parece otra vida, pero ésa no es la cuestión). Fui a arreglármela, pero en la conocida clínica dental en la que me lo arreglaron me hicieron poco menos que una chapuza.

Cambié de odontólogo, y me solucionó el problema poniéndome una corona. El problema es que, a medio tratamiento, delegó mi caso en la otra profesional de la consulta, que, a mi entender, debía acabar de salir de la facultad. La muchacha lo hizo lo mejor que supo... o eso creía yo, porque acabó dejándome el diente para el arrastre. Desde entonces he estado luchando contra infecciones, abcesos... y el martes, al final, perdí la batalla y tuvieron que sacarme la muela. Me da rabia, más que nada porque llevaba más dinero invertido en ella que en el resto de mi boca (Y creedme, es mucho) pero es lo mejor que me podía pasar.

Pero claro, no puedo ir con la herida recién abierta y zamparme un chuletón (como si pudiera, jajajaja). Debía tomar una dieta blanda y fría, así que desenterré los tres o cuatro batidos que aún tenía mpor casa y ésa fue mi comida del día. Tuvo gracia, porque recuerdo esos primeros días en los que tardaba dos horas en despachar un batido si es que lograba, y ahora me los bebía en 10 minutos. ¡Quién me ha visto y quién me ve!

Pero surgió otro problema: no han podido cerrarme la herida del todo con puntos porque tengo que drenar el pus que se me había acumulado, y además me han dado un antibiótico para tomarme esta semana, hasta el martes que vaya a quitarme los puntos. Y... ay. Ahora ya puedo decir que tengo una intolerancia gástrica a un medicamento. ¡Me hizo polvo! Ayer por la mañana acabé en el PAC con un Primperán pinchado en el culo y con las mismas fuerzas que un caracol tetrapléjico. Entre el dolor de tripa, las náuseas y los mareos, no pude ir ni a trabajar. Y la c omida... ¡Ja! Apenas podía retener nada que pasase de un simple caldo.

Me han cambiado el antibiótico y ahora estoy mejor. No puedo correr una maratón, pero al menos no me canso a los diez minutos de levantarme del sofá. Y hoy ya he comido sólidos, aunque blanditos. Así que en un par de días, a hacer vida normal. ¡Y a ahorrar para ponerme un implante, que aún soy muy joven para ir desdentada por la vida!

lunes, 18 de marzo de 2013

Día +277 Ojalá que NO llueva café

Casi un mes sin actualizar. ¡No tengo perdón! En mi defensa diré que he estado genial, así que... para decir "Día XXX, sin novedad", pues...

Nueve meses ya desde la intervención. Peso de hoy: 94,500 Kg. Como véis, sigo en la fase de adelgazamiento sin prisa, pero sin pausa. Sólo me quedan 14 Kg. para lograr el primer reto que me he impuesto, estar en 80 kilitos para el mes de junio. ¡No pierdo nada intentándolo! Salvo peso, claro...

Por contaros algo, os comento algo muy curioso que me he dado cuenta de que me pasa cuando hago algo que me encanta: tomar café.

Al contrario de lo que puede parecer, no soy excesivamente cafetera. Sí, me gusta tomar café en el desayuno para espabilarme, y a lo mejor otro a media mañana en el trabajo, cuando tengo turno de mañana. Si no, no suelo tomarlo. Y si un día me apetece tomar zumo de naranja en lugar de café para desayunar, no pasa nada, sigo rindiendo, aunque quizá bostece algo más que de costumbre. Además, desde la intervención tomo el café descafeinado, así que tampoco veo tanta diferencia.

Alguna vez sí que he tomado el café con cafeína, sobre todo en momentos en que necesitaba estar más despejada; por ejemplo, no sé, si tengo mucho sueño y tengo que conducir. Pero muy poco. Y sí que me he dado cuenta de que el café con cafeína me sienta peor. Pero bueno, eso tampoco es de extrañar.

Lo curioso es que el café me sienta mejor o peor según la marca o el formato.

Me explico. Yo tengo una cafetera de cápsulas en casa, y en el curro tenemos otra pero de una marca diferente, así que tengo dos clases de cápsulas. Las que tomo para casa no me dan ningún problema, sea cual sea la variedad (Aunque siempre sean descafeinados). En cambio, las cápsulas de la cafetera del trabajo, salvo una marca concreta, me sientan como una patada.

Y por la misma regla de tres, el café soluble, incluso con cafeína, me sienta bien; sin embargo, aún no he encontrado una cafetería en la que hagan un descafeinado de máquina que no me reviente el estómago.

Reconoced que lo de las cápsulas es curioso. Pero en fin, al menos tengo suerte de que en casa puedo tomar café del que me va bien. Para el resto del día... eh, una buena infusión también está muy bien. Incluso puedo calentarme el agua con la cafetera del trabajo, y tengo por ahi cápsulas de manzanilla, menta poleo, té con limón... que no me dan problemas, para cuando me quedo sin mi infusión del buen humor.

Así que nada, mejor que no llueva café. Y si llueve... ¡¡mejor que sea del de la marca que tengo en casa!!