jueves, 11 de octubre de 2012

Día +118: De mírame y no me toques.

Al volver a trabajar, uno de mis grandes miedos era tener un día de náuseas y vómitos estando de guardia en el trabajo. Que es exactamente lo que me ha ocurrido esta mañana.

Me he levantado malísima. No sé ni por qué, pero apenas me he atrevido a desayunar. Y cuando he llegado al hospital, estaba medio descompuesta. La inmensa suerte que he tenido es que hoy he compartido turno con compañeros majísimos que me han dado un poco de margen a la hora de trabajar. Al menos hasta las diez, cuando, un protector de estómago y una infusión más tarde, el estómago ha empezado a darme tregua. Ahora son las once y ya me encuentro bien, por suerte. Será cosa de devolverles el favor. 

Imagino lo que pasa cuando no trabajas, como yo, en el medio sanitario. Tener un día malo en una oficina con compañeros competitivos y jefes tocanarices debe ser de lo peor que hay. Es cuestión de conocerse un poco, supongo, y echar mano de los remedios de que se dispone para mejorar lo antes posible. 

Os dejo por el momento que se nos acaba el descanso y he de volver al tajo. Hay que recuperar el tiempo perdido. 

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