sábado, 27 de octubre de 2012

Día +134: De piropos y sushis

Las cosas como son, nunca he sido la alegría de la huerta. Carácter castellano, supongo. Y esta semana, al ser especialmente dura para mí, me ha agriado un poquillo el carácter. Pero bueno, ya estamos a sábado, mañana descanso del curro ( y duermo una hora más, que también se agradece) y espero animarme un poco.

En medio de esta porquería de semana, me ha tocado visita al psiquiatra. Os acordáis de él, el de la cara que asusta, ¿verdad? Bueno, ha engordado un poquito y ya no tiene tanta cara de matón, pero da igual, porque sigue siendo majísimo.

Sí que puede decirse que fue visita de médico, creo que no estuve más de cinco minutos en la consulta. Lo bastante para ver que todo estaba yendo bien y mandarme un poco más de tratamiento. Yo tampoco me resistí mucho a seguir con la pastillita, la verdad. Y supongo que eso le escamó. Bueno, eso y verme con la cara hasta los pies.

Se debió quedar un poco preocupado, pobre, porque no paró de animarme diciéndome lo bien que lo estaba llevando y lo genial que iba a quedar, y... en fin, esas cosas. Intenté decirle que estaba alicaída simplemente porque había tenido un día de mierda en el trabajo, pero estaba tan concentrado en alabar mi adelgazamiento (por cierto, estoy en 106 Kilos) que le dejé hacer.

Eh, soy una chica. Me gusta que me piropeen.

La verdad, sí que he debido asustar un poco a todo el mundo, porque mi chico se lanzó a la piscina y me invitó a un restaurante japonés que me pirra. Digo que se lanzó porque el muchacho lleva tiempo en el paro y no estamos para tirar el dinero, así que se lo agradecí enormemente. Y, después de cuatro meses, comer sushi... ¡¡Ñam!! Me sentó un poco pesado, pero creo que fue porque comí siete piezas. ¡Pero por lo demás, de maravilla!

Pensándolo bien, no ha sido una semana tan mala, después de todo. Habrá que quedarse con lo bueno.


No hay comentarios:

Publicar un comentario