jueves, 22 de noviembre de 2012

Día +160: bodas de plata



Hoy, nueva revisión con la enfermera del endocrino.

Peso 103 Kg. justos; 25 menos que cuando todo esto empezó. ¡qué número más redondito! Mi objetivo ahora es bajar de los 100 antes de Navidad; ¡Sé que puedo conseguirlo!

 Mi índice de masa corporal está en 33, 11 puntos menos que al principio. Y en este último mes, he bajado nada más y nada menos que 9 centímetros de cintura. ¡Toma ya! Ya decía yo que los pantalones se me estaban empezando a caer a lo bestia... Dentro de nada, tocará ir a comprarse ropa. ¡Yuju!

Lo único que me preocupa es que mi tensión arterial vuelve a estar un poco alta. Tendré que ir al médico de familia, por si acaso. Lástima, de momento no puedo dejar la medicación. Paciencia.

como he tenido la consulta a las 12 de la mañana en el mismo hospital en el que trabajo y hoy empezaba mi turno a las 2, he decidido quedarme por allí, arreglar papeleos y comer en el hospital.
¿Sabéis todos los tópicos de la comida de los hospitales? En la cafetería del mío, son todos ciertos. La comida es mala no, lo siguiente, y la poca sal que lleva está ahí por error, fijo. ¡Cosa más mala! Lo único que tiene bueno es que las raciones son bastante abundantes. Eso es bueno si no te has reducido el estómago, claro. En el plato de panga a la plancha con menestra que me han servido habría podido esconderme entera. ¡Qué fatiga sólo de verlo!Obviamente, no me he comido ni la mitad...

En fin, la panga no me ha sentado bien, pero creo que es porque me la he comido a desgana. Antes ya me pasaba, ahora no veo por qué tiene que ser diferente. De todas formas, esta noche me han vuelto a invitar a cenar, esta vez a un  japonés que conozco desde hace mucho, y tengo otras expectativas.

 Como véis, ya me atrevo a comer fuera sin problemas. ¡Hay que perder el miedo; si conoces tus propios límites, todo va a ir bien!


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