martes, 3 de julio de 2012

Día +19: No estamos locos, que sabemos lo que queremos...

Ayer me tocó evaluación psiquiátrica. Antes de la intervención, me dieron medicación para controlar los brotes de ansiedad que me provocaban los asaltos nocturnos a la nevera, y tocaba revisar el tratamiento, ahora que ni puedo ni me apetece asaltar la nevera...

Mi psiquiatra es todo un personaje. Para empezar, lo ves por la calle y, en lugar de contarle tus penas, le das la cartera y sales corriendo. Es alto, rapado, fuertote y tiene unos rasgos muy rudos... Luego empieza a hablar y es encantador, pero hasta que habla, da miedito.

Empezamos a hablar, sorprendido de que me hubiesen operado ya. Y comentándole mis náuseas, mis vómitos, mi debilidad, mi dificultad para tragar la medicación... Se me queda mirando y me dice algo así como "Pero tú estás animada, ¿no?"

A ver, corazón. He pasado por una intervención quirúrgica, sabiendo lo que iba a ocurrir después, porque tengo confianza en lo que estoy haciendo. Tengo náuseas y vómitos porque estoy en pleno proceso de adaptación a la nueva dieta. Estoy floja porque como menos y porque la semana pasada teníamos aquí 40 grados a la sombra. Y me cuesta tragar medicación porque me habéis dado 6 capsulones para tragar en el desayuno, gamberros.

Yo estoy animada no, animadísima. Tengo confianza en el proceso, aunque sea duro, porque sé que estoy peleando por mi salud. Pero me hace gracia que todos los médicos a los que voy se preocupen por mi ánimo pero luego me sigan recetando capsulas. Al menos, mi psiquiatra lo ha pillado y me ha cambiado dos cápsulas por un comprimido. Algo es algo.

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